La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei) da las claves para entender cómo va el proceso de envejecimiento en Cuba, el reto nacional por excelencia en el ámbito demográfico.
En su informe El Envejecimiento de la Población. Cuba y sus territorios, edición de mayo 2023, la Onei sostiene que es justamente tal tendencia en la nación antillana un aspecto a no perder de vista por cuánto conlleva.
“Este proceso ha tenido como causas fundamentales la velocidad acelerada de su transición demográfica, la estabilización de bajos niveles de fecundidad y mortalidad, variables que unidas al comportamiento de las migraciones en los últimos años han provocado tasas de crecimiento casi nula o negativas”, señala la propia fuente.
Esos datos reflejan asimismo la transición epidemiológica, proceso en el que las enfermedades crónicas reemplazan gradualmente a las infecciosas como las principales causas de morbilidad y mortalidad, algo que el cuadro de salud de la población cubana refleja con claridad.
No cuenta la mayor de las Antillas con reemplazo generacional, pues desde 1978 la Tasa Global de Fecundidad (TGF) es menor a los 2.1 hijos por mujer necesarios para respaldar este relevo poblacional. En 2021 la TGF fue de 1.45, hasta entonces la menor en los dos últimos lustros, lugar que ocupa la alcanzada en el 2022, que continuó decreciendo hasta 1.41.
Lo cierto es que si se quiere ver cómo cambia un país, no hay mejor manera que observar su dinámica demográfica, rasero que obliga a repensar la forma en que la sociedad está organizada para brindar respuesta a los cuidados necesarios que estos cambios suponen, y que pasan por políticas específicas dirigidas a atender cada elemento de tal panorama.
Especialistas de la propia institución precisaron recientemente a la prensa que la dinámica de población también está marcada por rasgos como su descenso en números absolutos, la disminución de personas en edad laboral y del total de féminas en edad reproductiva.
Según el Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la propia Oficina trasciende asimismo que teniendo en cuenta las variables estadísticas, desde hace años se elaboran algunos escenarios alternativos y en ninguno de ellos el país podría llegar a 12 millones de habitantes.
Hoy somos 11 millones 223 mil 948 y según la última proyección hecha pública por el citado organismo, para dentro de 26 años los cubanos mayores alcanzarán el número de 3 millones 343 mil 520, lo que representaría un grado de envejecimiento del 35,9 por ciento.
En uno de esos escenarios probables vale reiterar, también, que para entonces en la Isla habrá proporcionalmente menos personas trabajando y contribuyendo para sostener una comunidad anciana, que en muchos casos estará jubilada y tendrá altas necesidades de cuidados de salud.
Teniendo en cuenta estas variables resulta imposible soslayar tópicos como el criminal bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos en contra de su vecina ínsula, que optó por decidir desde 1959 su camino con políticas contrarias al oprobioso pasado, caracterizado por el abandono a los más vulnerables.
Eran imperativos entonces reactivar la economía autóctona y preparar el relevo de aquellos que cumplieron por decenios sus aportes a la Patria y pasaron al retiro, y de otros más que peinan canas no por gusto.
Sin embargo, ello no sería correcto visualizarlo como un efecto negativo y problematizado, pues se considera un logro asociado al desarrollo sociodemográfico de los cubanos, y para este gran desafío se prepara Cuba con antelación suficiente, pues los datos demuestran que el grado de envejecimiento crece y se acerca al horizonte descrito.