Ginebra, 31 jul. - Brechas en la infraestructura digital de Latinoamérica y el Caribe podrían obstaculizar los beneficios potenciales de la inteligencia artificial generativa (IAG) para transformar empleos e impulsar la productividad, afirmó hoy la OIT.
El nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial estima que hasta la mitad de plazas, cuya productividad podría mejorar con la IAG (alrededor de 17 millones), encaran dificultades por las insuficiencias prevalecientes.
De acuerdo con la investigación, entre el 26 y el 38 por ciento de los empleos en el área podrían verse influidos por la IAG; sin embargo, es más probable que la tecnología aumente y transforme los puestos de trabajo en lugar de automatizarlos por completo.
En concreto, entre el ocho y el 14 por ciento podrían ver mejorada su productividad, mientras que solo entre el dos y el cinco por ciento corren el riesgo de automatización total, aunque las mujeres y los trabajadores urbanos, más jóvenes y educados en los sectores formales, encaran superiores amenazas.
Ello podría empeorar las desigualdades económicas regionales y la informalidad, reconoce el informe.
Según el análisis, los posibles beneficios transformadores de la IAG sobre los empleos se distribuyen de forma más equitativa en términos de género y edad, pero siguen siendo más propensos a afectar a los ocupados formalmente en zonas urbanas y con mayor educación e ingresos.
Por los cálculos de la OIT y el Banco Mundial, la pérdida potencial de productividad debido a la brecha en el acceso digital tendría superior efecto sobre los asalariados que viven en la pobreza.
Gestionar eficazmente los impactos de la IA Generativa requiere un diálogo social sólido e inclusivo entre todas las partes interesadas, consideró la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Ana Virginia Moreira.
Al fomentar conversaciones significativas entre los responsables políticos, los líderes de la industria, los trabajadores y los sindicatos, opinó, “podemos garantizar que el poder transformador de la IA se aproveche de manera responsable, abordando las necesidades de todos los trabajadores y mitigando al mismo tiempo los riesgos asociados con el cambio tecnológico».
En una región donde el crecimiento es bajo, la desigualdad sigue siendo inaceptablemente alta y uno de cada cuatro hogares aún vive en la pobreza, es fundamental mejorar la productividad y la calidad del empleo, apuntó el economista jefe del Banco Mundial para el área, William Maloney.
«Cuando se despliegan de manera sostenible, las tecnologías digitales, incluida la IAG, pueden aumentar la productividad y la creación de más y mejores empleos. Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades es vital que los países de la región inviertan en conectividad y habilidades, al tiempo que fortalecen los sistemas de protección social”, juzgó.