La gestación solidaria es una forma de asistir a parientes o personas cercanas ajena a la mercantilización del cuerpo de la mujer o la concepción del infante como un objeto de contrato, aseguró hoy Ana María Álvarez-Tabío, profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, durante el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda.
Impedirle el derecho de maternidad o paternidad a una persona que no puede gestar, ya sea por infertilidad u orientación sexual, va en contra de los principios de igualdad y no discriminación por los que el pueblo cubano votó durante la aprobación en 2019 de la Constitución de la República, añadió.
Para acceder a este método primero debe llevarse a cabo un control legal del cumplimiento de los requisitos estipulados en el proyecto del Código de las Familias, un riguroso chequeo sanitario sobre edad de los involucrados y técnicas a aplicar, seguido por un escrutinio judicial que permitirá al tribunal revisar la normativa para conceder la autorización indispensable en el desarrollo del proceso.
Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, declaró que la gestación solidaria es una ampliación en el campo del derecho familiar que ampara legalmente la posibilidad de vivir la maternidad y paternidad en relaciones homoafectivas e incluso para personas solteras, independientemente de su orientación sexual.
A través del proceso de consulta, el pueblo está aprendiendo a valorar que los sistemas y servicios de salud no sean excluyentes en ese sentido, y a verlo no como una oportunidad de mayor fertilidad para enfrentar el envejecimiento poblacional, sino como una posibilidad de satisfacer los deseos de ampliación de muchas familias, comentó la Doctora en Ciencias Sociológicas.
Miladys Orraca Castillo, presidenta de la Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia, agregó que este procedimiento impone un reto al sistema de salud, porque se trata de un cambio de conceptos y la transformación del Programa de Atención a la Pareja Infértil en asistencia a personas que requieren técnicas de reproducción asistida para la maternidad o paternidad.
Subrayó que el sistema de salud debe elaborar normas y disposiciones con protocolos de actuación que permitan crear las condiciones necesarias, incluyendo el advenimiento de equipos especializados para ampliar los servicios y permitir una atención de calidad.
El control por etapas es una forma diferente de abordar el procedimiento de gestación solidaria en relación con protocolos aplicados en otros países, y brindará la posibilidad de concebir hijos sin enfrentar situaciones de mercantilización o remuneración alguna más allá de la expansión de la familia, apuntó.