La Habana, 30 abr - Alberto Lescay Merencio, prestigioso escultor, pintor y dibujante santiaguero, dice jocoso que él no trabaja, pues toda su vida lo que ha hecho es divertirse.
Por eso, al también presidente de la Fundación Caguayo para las Artes Monumentales y Aplicadas le sorprendió tanto su reciente condecoración con el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, reconocimiento que acogió con humildad y como un enorme honor.
Trataré de ganarme ese lugar, todavía tengo tiempo y muchos proyectos, comentó el artista en declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias poco después de recibir, en esta capital, esa condecoración de manos de Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República.
Lo cierto es que sus méritos son innegables y su obra los ratifica en cada parque, plaza y ciudad donde comparte con sensibilidad la esencia de la historia de Cuba a partir de esculturas de los patriotas y mártires.
Al respecto dice que siempre quiso ser un escultor monumentalista y especializarse en el arte público, pues entiende la necesidad del arte desde el punto de vista social y de estar al alcance de todos; para eso se preparó durante muchos años y el resultado se evidencia en la presencia de su trabajo en esta nación y en otros países.
Suele identificarse a Lescay con la figura ecuestre del Mayor General Antonio Maceo (1991), que se yergue imponente en la plaza homónima en la ciudad de Santiago de Cuba, la cual constituye la representación artística del Titán de Bronce de mayor dimensión en el territorio nacional, con una altura de 16 metros y un peso aproximado de 90 toneladas.
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Asimismo resalta su Monumento al Cimarrón (1997), situado en el Poblado de El Cobre, en las estribaciones de la Sierra Maestra, en recordación al valor de la lucha por la libertad y las primeras manifestaciones de cimarronaje en América.
Otros de los grandes hombres que motivan al creador son sin dudas el Apóstol José Martí, a quien ha realizado variados acercamientos dispersos en más de 20 naciones, y el Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, al cual dedicó sus tesis de grado en la Escuela Nacional de Arte y en la Academia Répin de la entonces soviética ciudad de Leningrado, hoy San Petersburgo.
El escultor comenta que también le cautivó mucho el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz; sin embargo, cuando quiso hacerle un monumento él se negó, y ahora entiende que tenía razón, subrayó.
Añade que lo ocupa además, la Heroína Mariana Grajales y muestra de ello es el monumento erguido a su memoria en el Cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, nombrado Mariana, Madre Ceiba, Madre Patria.
Precisamente para la Madre de los Cubanos, símbolo de dureza patriótica y entrega a la causa libertaria, actualmente Lescay prepara un bosque frente a su hijo Antonio Maceo, como idea del General de Ejército Raúl Castro Ruz en tributo a esa gran mujer.
Incansable, el artista no cesa su labor a pesar de la pandemia, y también da continuidad en estos días a un trabajo que considera muy importante: el monumento a José Antonio Aponte, precursor del movimiento antiesclavista y anticolonialista en Cuba.
Esta obra, según Lescay, se develará en la zona de Mayabeque, pero entrando a La Habana, y constituye un merecido homenaje a ese héroe a veces olvidado, pero crucial para la comprensión de este país y su historia.
De alto estima en la plástica cubana y universal contemporánea, el quehacer de Lescay en sus más de 50 años de vida artística supera las 70 exposiciones personales y casi igual número de colectivas.
Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos, de la Asociación Internacional de Escultores y del Programa Mundial de la Ruta del Hierro de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.