La Habana, 11 may (Prensa Latina) Buena Vista Social Club definió el sonido de la música cubana en su proyección internacional y rescató del olvido a figuras imprescindibles hoy en el escenario y la salvaguarda de ritmos tradicionales del país.
¿Cómo surgió este grupo, proyecto o marca? Ry Cooder, arreglista y guitarrista de Estados Unidos, arribó a La Habana en 1996, impulsado por la idea de grabar un disco de son. De ahí que, Juan de Marcos González, por entonces director del grupo Sierra Maestra, reuniera a cantantes e instrumentistas.
Dentro de los escogidos, inicialmente, estaban Francisco Repilado —conocido por el seudónimo de Compay Segundo y el tema 'Chan Chan'— Eliades Ochoa, Ibrahim Ferrer, Rubén González, Omara Portuondo, Manuel Licea, Manuel Mirabal y Orlando López.
En menos de una semana salieron 14 canciones y la concepción del nombre del álbum resultó también una alegoría al pasado musical de la Isla. El Buena Vista Social Club, ubicado en el entonces municipio de Marianao, era uno de los lugares más visitados en La Habana durante las décadas de 1930 y 1940.
OMARA PORTUONDO: CUBA ES MI PAÍS ENTRAÑABLE
'La música es cielo, tierra, mar, sol, alegría y razón', así define la reconocida intérprete cubana Omara Portuondo, conocida como 'La diva del Buena Vista Social Club', a esa manifestación artística y, a su vez, para ella 'los artistas somos como los periodistas tenemos que conocer y relacionarnos con todo'.
Siempre que conquista escenarios nacionales y foráneos, la también denominada 'novia del filin' —versión españolizada del término inglés feeling—, recibe la preparación necesaria de la espontaneidad del público.
'Me acogen con mucho cariño. Nací para cantar y la vida me premió con la condición natural para hacerlo', expresó en diálogo con Prensa Latina.
Antes de alcanzar la mayoría de edad, ya Omara bailaba en el Cabaret Tropicana y, en ese simbólico espacio capitalino conoció, entre otros, al compositor César Portillo de la Luz, autor del clásico 'Contigo en la distancia'.
De aquella época resultan memorables las noches cuando presentaba a los artistas estadounidenses Nat King Cole y Josephine Baker, como parte del grupo femenino D´Aida. Integró, cerca de 15 años, ese cuarteto vocal, conformado, además, por Haydée Portuondo, Elena Burke, Moraima Secada y su directora, la pianista Aida Diestro.
'Una se retira cuando la vida te dice: acabaste ya. Mientras tenga salud sigo trabajando. La música me hace inmensamente feliz. Es el alma de los pueblos, cura tristezas, ayuda a sobrepasar los obstáculos e inspira', aseguró la artista cubana.
A finales de los años '90, mientras ensayaba para la gira de uno de sus discos en solitario, la llamaron para cantar 'Veinte años' junto a Compay Segundo y, luego, 'Silencio' a dúo con Ibrahim Ferrer. Esas presentaciones y lanzamientos, se incluyeron bajo el sello Buena Vista Social Club que involucró también a otros artistas como Eliades Ochoa y Pío Leyva.
'Soy muy cubana, me siento honrada y satisfecha de serlo. No creo que pudiera haber nacido en otro lugar. Este es para mí el país más entrañable. De Cuba me gusta su gente, su historia, la simpatía y alegría de quienes la habitan', concluyó.
ROBERTO FONSECA Y LA SINCERIDAD DE LA MÚSICA CUBANA
De Omara y de Ibrahim, el pianista Roberto Fonseca aprendió valores como la franqueza: 'ellos siempre fueron sinceros y todos los artistas con los cuales tuve la bendición de tocar también lo eran, por eso es que su música sonaba así. Advirtieron que estaba en el Buena Vista tratando de aprender y dominar los estilos tradicionales', aseguró a Prensa Latina.
Recuerda a Ferrer cuando le decía: 'yo sé que te gusta el jazz, pero tú eres cubano, trata siempre de que la gente lo sienta'. 'El tiempo que compartí con esas figuras me impulsó a defender y a creer que la cultura nuestra es lo más grande. La música cubana es inmensa, rica, fuerte y sensible y por eso debemos cuidarla', advirtió.
Antes de entrar al Buena Vista, Fonseca recibió influencias del hip hop, trap y rock y, a su juicio, 'estar ahí, en la meca de la música tradicional cubana es lo que me dijo: sí he escuchado todas esas cosas anteriores, pero este realmente soy yo, de aquí es de donde vengo y esto es lo que voy a representar de la mejor manera'
IDANIA VALDÉS Y EL BUENA VISTA
La artista llegó al Buena Vista por su padre Amadito Valdés, fundador del proyecto, a quien siempre acompañaba a ensayos y grabaciones durante su adolescencia.
'Cuando grabaron el disco Buena Vista Social Club presenta a Omara Portuondo, se les ocurrió incorporar una voz femenina joven y enseguida pensaron en mí pues me conocían perfectamente'.
Luego, la convocaron al disco 'Flor de Amor', también de Omara y, finalmente, le propusieron formar parte como corista del primer tour de promoción del fonograma de Ibrahim Ferrer 'Buenos Hermanos'. Desde 2003 con 20 años y hasta la última gira en mayo de 2018, Idania Valdés permaneció con ellos.
'Resultó un privilegio enorme compartir escena con mi papá y con todas las estrellas que conforman ese grupo, bandera de la música cubana. No todos tienen la posibilidad de interactuar con sus ídolos, yo pude y me siento bendecida por ello', reveló la artista.
De su paso por el Buena Vista atesora las presentaciones en los teatros y festivales más reconocidos del mundo; asimismo, el intercambio con figuras internacionales como el músico estadounidense Jon Bon Jovi, el artista británico Sting, la cantante norteamericana Gwen Stefani o el cantautor canadiense Paul Anka.
Dentro de los escogidos, inicialmente, estaban Francisco Repilado —conocido por el seudónimo de Compay Segundo y el tema 'Chan Chan'— Eliades Ochoa, Ibrahim Ferrer, Rubén González, Omara Portuondo, Manuel Licea, Manuel Mirabal y Orlando López.
En menos de una semana salieron 14 canciones y la concepción del nombre del álbum resultó también una alegoría al pasado musical de la Isla. El Buena Vista Social Club, ubicado en el entonces municipio de Marianao, era uno de los lugares más visitados en La Habana durante las décadas de 1930 y 1940.
OMARA PORTUONDO: CUBA ES MI PAÍS ENTRAÑABLE
'La música es cielo, tierra, mar, sol, alegría y razón', así define la reconocida intérprete cubana Omara Portuondo, conocida como 'La diva del Buena Vista Social Club', a esa manifestación artística y, a su vez, para ella 'los artistas somos como los periodistas tenemos que conocer y relacionarnos con todo'.
Siempre que conquista escenarios nacionales y foráneos, la también denominada 'novia del filin' —versión españolizada del término inglés feeling—, recibe la preparación necesaria de la espontaneidad del público.
'Me acogen con mucho cariño. Nací para cantar y la vida me premió con la condición natural para hacerlo', expresó en diálogo con Prensa Latina.
Antes de alcanzar la mayoría de edad, ya Omara bailaba en el Cabaret Tropicana y, en ese simbólico espacio capitalino conoció, entre otros, al compositor César Portillo de la Luz, autor del clásico 'Contigo en la distancia'.
De aquella época resultan memorables las noches cuando presentaba a los artistas estadounidenses Nat King Cole y Josephine Baker, como parte del grupo femenino D´Aida. Integró, cerca de 15 años, ese cuarteto vocal, conformado, además, por Haydée Portuondo, Elena Burke, Moraima Secada y su directora, la pianista Aida Diestro.
'Una se retira cuando la vida te dice: acabaste ya. Mientras tenga salud sigo trabajando. La música me hace inmensamente feliz. Es el alma de los pueblos, cura tristezas, ayuda a sobrepasar los obstáculos e inspira', aseguró la artista cubana.
A finales de los años '90, mientras ensayaba para la gira de uno de sus discos en solitario, la llamaron para cantar 'Veinte años' junto a Compay Segundo y, luego, 'Silencio' a dúo con Ibrahim Ferrer. Esas presentaciones y lanzamientos, se incluyeron bajo el sello Buena Vista Social Club que involucró también a otros artistas como Eliades Ochoa y Pío Leyva.
'Soy muy cubana, me siento honrada y satisfecha de serlo. No creo que pudiera haber nacido en otro lugar. Este es para mí el país más entrañable. De Cuba me gusta su gente, su historia, la simpatía y alegría de quienes la habitan', concluyó.
ROBERTO FONSECA Y LA SINCERIDAD DE LA MÚSICA CUBANA
De Omara y de Ibrahim, el pianista Roberto Fonseca aprendió valores como la franqueza: 'ellos siempre fueron sinceros y todos los artistas con los cuales tuve la bendición de tocar también lo eran, por eso es que su música sonaba así. Advirtieron que estaba en el Buena Vista tratando de aprender y dominar los estilos tradicionales', aseguró a Prensa Latina.
Recuerda a Ferrer cuando le decía: 'yo sé que te gusta el jazz, pero tú eres cubano, trata siempre de que la gente lo sienta'. 'El tiempo que compartí con esas figuras me impulsó a defender y a creer que la cultura nuestra es lo más grande. La música cubana es inmensa, rica, fuerte y sensible y por eso debemos cuidarla', advirtió.
Antes de entrar al Buena Vista, Fonseca recibió influencias del hip hop, trap y rock y, a su juicio, 'estar ahí, en la meca de la música tradicional cubana es lo que me dijo: sí he escuchado todas esas cosas anteriores, pero este realmente soy yo, de aquí es de donde vengo y esto es lo que voy a representar de la mejor manera'
IDANIA VALDÉS Y EL BUENA VISTA
La artista llegó al Buena Vista por su padre Amadito Valdés, fundador del proyecto, a quien siempre acompañaba a ensayos y grabaciones durante su adolescencia.
'Cuando grabaron el disco Buena Vista Social Club presenta a Omara Portuondo, se les ocurrió incorporar una voz femenina joven y enseguida pensaron en mí pues me conocían perfectamente'.
Luego, la convocaron al disco 'Flor de Amor', también de Omara y, finalmente, le propusieron formar parte como corista del primer tour de promoción del fonograma de Ibrahim Ferrer 'Buenos Hermanos'. Desde 2003 con 20 años y hasta la última gira en mayo de 2018, Idania Valdés permaneció con ellos.
'Resultó un privilegio enorme compartir escena con mi papá y con todas las estrellas que conforman ese grupo, bandera de la música cubana. No todos tienen la posibilidad de interactuar con sus ídolos, yo pude y me siento bendecida por ello', reveló la artista.
De su paso por el Buena Vista atesora las presentaciones en los teatros y festivales más reconocidos del mundo; asimismo, el intercambio con figuras internacionales como el músico estadounidense Jon Bon Jovi, el artista británico Sting, la cantante norteamericana Gwen Stefani o el cantautor canadiense Paul Anka.