Arnaldo Rodríguez siempre ha sido un hombre coherente, en la vida y en el arte. El guajiro de Ceballos anda veloz, activo e intrépido entre cada acorde que sale de su bajo, cada letra que dibuja en su mente y después concreta en el pentagrama. No por gusto lo llaman el “mulato aceleraó´”, eso sí, presuroso en crear, en trasformar y regalar buena música al pueblo cubano.
Se define como una persona emprendedora, soñadora e insistente. Bastante caprichoso a veces, y en ese afán le pone todo a cualquier empresa o proyecto en el que se aventure. “Soy un hombre de origen humilde y sencillo, gracias a la formación que me dieron mis padres. Pongo todas mis energías en alcanzar mis sueños”.
Cuando tenía unos 17 años comenzó a tocar en Cuerpo de Guardia, la banda que por aquel entonces dirigía Frank Delgado. Con Frank y su grupo se enfrentó por primera vez a un teatro repleto de público y a la necesidad de crecerse como músico profesional. Aún era estudiante cuando empezó en Cuerpo de Guardia.
“Luego trabajé junto a Kelvis Ochoa y muchísimos otros cantautores que después formarían el proyecto Habana Abierta. Fue una etapa en la que aprendí y bebí mucho de estos jóvenes talentosos”.
Pese a que hacía lo que le gustaba, tenía pendiente una deuda con la música popular. Dio un giro de 180 grados e inició en la orquesta SOS Somos salsa. Después pasó a David Alfaro y su Constelación, agrupación que marcó la forma de hacer música de Arnaldo Rodríguez. Luego tocó en La Charanga Latina de Enrique Álvarez, donde dio sus primeras giras internacionales y tuvo la oportunidad de compartir en el escenario con artistas de talla internacional como Ismael Miranda, Larry Harlow, entre otros. Posteriormente, pasó a Azúcar Band, donde se estrena como compositor y arreglista.
“En Azúcar produje mis dos primeros discos, Romance Chiquillo y Lápiz de labios. A principios del 2002, cuando terminé el segundo disco y sin que saliera aún a la venta, me aventuré a hacer un proyecto propio. Quería probarme como intérprete de mis canciones”, comenta Arnaldo Rodríguez.
Talismán, La lucecita y el sueño cumplido
“El Talismán surge en junio del 2002, apenas dos o tres meses después que saliera del grupo Azúcar Band. Es mi propio proyecto, el que inicié desde cero. Y resulta que funcionó, al público le gustó. Salimos con muy buen pie porque terminando este segundo disco de Azúcar, la Empresa de Ediciones y Grabaciones Musicales, Egrem, decide continuar apostando por Arnaldo Rodríguez y su música. Nacimos precisamente ahí, en la Egrem, en la agencia Musicuba. A los tres meses sacamos el sencillo Mulato Acelerao´, todo un éxito de radio y televisión”.
Si preguntas por qué Talismán, el músico confiesa que es un nombre que le encanta, una palabra que tiene magia y sonoridad. Luego, cuando descubrió que el significado era un objeto o valor al que se le atribuyen virtudes especiales, corroboró que ese era el nombre que necesitaba su orquesta.
- ¿Cuáles son las características de Arnaldo Rodríguez como compositor, arreglista y cantante?
-“Siempre he intentado sonar diferente, tratar de perfilar un estilo principal. Desde que concibo las canciones, intento que exista una identidad con el público, para que logre identificar rápidamente que es la música de El Talismán. Si se estudia la obra musical nuestra, tantas canciones, tantos discos, tantos años de trabajo, diría que son canciones bien construidas desde el punto de vista del texto. Las letras mayormente son crónicas, hablan de lo que siempre pasa en el amor, en la vida y en la sociedad.
“He intentado contar historias singulares y hacer canciones que partan de lo diferente. Hay temas de El Talismán que siempre se escuchan en distintas épocas, porque empleo frases que no son lugares comunes. Por ejemplo, decir que no dejes que se apague la lucecita para exhortar a mantener la esperanza y la fe, no se había cantado antes o dicho de esa manera. Parece que el ciclón ya se fue y ya se pueden ver las estrellas, parece que la vida cambió, y yo cambié con ella, es otra muestra.
“También en lo que hacemos hay influencia de la canción y esa iniciativa de partir de algo distinto y diferente. En las orquestaciones igual. Fuimos uno de los pioneros en mezclar ritmos foráneos como el pop o el rap con la música popular. Se puede apreciar en aquellos primeros discos, las mezclas, hacer sonoridades distintas, tratar de innovar en cosas, darle cierto color pop a la música, porque siempre me ha encantado como movimiento musical.
“En cuanto a mis características como cantor, me considero más un músico en formación que un cantante. Soy bajista y toco otros instrumentos. Creo que es unas de las cosas que voy a explotar más en el futuro”.
-La música de El Talismán, sin dejar de defender las raíces de la mayor de las Antillas, bebe de todas las sonoridades caribeñas, de la cumbia, el merengue, de lo que se hace en República Dominicana, en Haití o en Jamaica. A Arnaldo Rodríguez le encanta la música del Caribe.
“Independientemente de que Cuba ha aportado muchos géneros importantes y que lo que se ha hecho aquí, musicalmente hablando, ha definido los ritmos de otros países de la región, creo que existe una retroalimentación entre las naciones del área. Casi todas las regiones del Caribe tenemos las mismas influencias españolas, africanas, y por eso, siento que en la música cubana hay algo de lo dominicano, de lo puertorriqueño, así como también en la música de esos países, hay de la música cubana”.
Esta tesis proviene de esas visitas cuando niño a la cuidad de Baracoa, en Guantánamo. “Mi familia es portadora de las tradiciones del nengón y el kiribá, y en esas sonoridades que escuchaba cuando visitaba a mis abuelos, había algo de la música dominicana, de la de otros países de la región. Por eso es que me ha gustado mover mis canciones en varios géneros de la música caribeña”.
- En otras entrevistas ha asegurado que esta mezcla de sonoridades de El Talismán está dirigida a la gente sencilla…
“Mi música toca temas de la gente común, de la gente sencilla, de la gente de a pie, porque uno viene de ahí, ese es nuestro origen y nunca te abandona. Estés donde estés y vivas como vivas. Siempre me ha gustado cantar estos temas. Por ejemplo, el estribillo de ʽEl almendrónʼ, uno de nuestros últimos éxitos, describe a la perfección lo que piensa la gente: Me quedo con el almendrón, este carro que resuelve, está viejo pero se mueve”.
“Eso también forma parte de la popularidad que tiene El Talismán y ha garantizado que nos mantuviéramos tanto tiempo en el gusto popular. El objetivo de cualquier músico es que las mayorías se sientan identificado con lo que tú cantas, con lo que tú dices y con la manera en que lo cantas. Creo que mi música, sin ser facilista, está concebida para comunicar directo con la gente. Ha sido algo intencionado. Estoy muy feliz de hacerlo de esta forma, transparente, simple, pero una carga emotiva y con la calidad que se merece el público”, asegura.
En junio del 2022, Arnaldo Rodríguez y su Talismán cumplen 20 años y el artista adelanta que están pensando en hacer muchos materiales musicales y audiovisuales en principio, que es lo que pueden hacer ahora a causa de las restricciones por la COVID-19.
“Estoy pensando en hacer un material discográfico doble que haga un recuento de la discografía de estos 20 años. El Talismán tiene 12 producciones bajo el sello Egrem. En eso hemos sido muy laboriosos y afortunados; nos han dado muchas oportunidades y otras las hemos luchado en esa búsqueda de registrar nuestra música. Estoy pensando en invitar a un montón de amigos, de intérpretes, artistas relevantes que admiro y respeto, para cantar una parte de lo hecho en estas dos décadas. Por supuesto, audiovisuales; queremos hacer un documental, bastantes cosas para esta celebración”.
- ¿Cuál cree que sea la canción o disco que defina en toda su magnitud el trabajo de la agrupación?
“Es muy difícil señalar una canción o un disco que englobe el trabajo de El Talismán. Quizás un fonograma que haga mañana sea donde logre sintetizar todo o parte de nuestro trabajo. Esto es una búsqueda constante. No creo que pueda decir que he llegado a algún lugar a pesar de los años de carrera, a pesar de la permanencia.
“Pero, si analizamos los discos que he hecho hasta ahora, creo que La lucecita fue un álbum bien completo en su momento, una producción que logró sintetizar nuestras intenciones de manera coherente. Casi todas las canciones del disco cogieron algún rumbo, no solamente ʽLa lucecitaʼ, que era el título homónimo del fonograma, también otras como ʽPa mí no hay caféʼ, ʽHabana Travelʼ que grabé junto a Omara Portuondo y me ayudó a visualizarme en el exterior. Me gustan todos mis discos, considero que tienen algo, pero creo que este sería uno de los fonogramas mejores logrados”.
- ¿Qué ha significado la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales para El Talismán?
“La Egrem es mi casa; la Egrem es mi familia. Ha significado un sostén importante. Incluso en algunos momentos cuando empezamos, cuando todavía no teníamos muy claro que cosa era la Egrem, siempre dejé un pedazo para confiar. Mantenernos en la Egrem, convertirnos en un proyecto 360 grados (tengo mi música editorialmente con esta empresa y pertenezco a su agencia de representación), ha sido vital para todo el éxito que ha tenido El Talismán. Además, ha influido la constancia, la fidelidad, el trabajo tranquilo, sin dar grandes saltos.
“Por supuesto, han existido sus altas y bajas, pero cuando hago un recuento, la mayoría de períodos y etapas junto a la Egrem son momentos felices, de trabajo conjunto, de proyecciones. Es una empresa que ha arriesgado su dinero y su empeño en mi música y es bastante difícil encontrar eso hoy día. Es una unión indisoluble en la carrera de El Talismán”.
Arnaldo Rodríguez ha tenido la oportunidad de componer canciones para momentos, celebraciones y fechas históricas, y confiesa que todo comenzó sin proponérselo. “Fuimos convocados en el 2005 para hacer una canción por el 45 aniversario de los Comité de Defensa de la Revolución, de ahí nació el estribillo Avísame vecino donde va a tocar la orquesta que tengo 45 razones para estar de fiesta. Fue un tema bien construido que caló hondo en el pueblo de Cuba. Lo cantamos en los conciertos, en las fiestas populares, en los carnavales, el público nos lo pedía. A partir de ahí, otras organizaciones y personas se embullaron y nos solicitaron hacer otras canciones”.
Según Arnaldo, han cumplido con creces la faceta de hacer canciones por encargo, porque sobre todas las cosas han sido coherentes a la hora de cumplir con la petición. Un ejemplo concreto es la banda sonora de la telenovela Aquí estamos.
“Estas oportunidades nos han aportado experiencias y se convirtieron en retos y desafíos como el tema por el 160 aniversario del natalicio de José Martí, ʽLo que dicta el porvenirʼ. Recientemente creamos ʽEcos de banderaʼ, dedicada al Primero de Mayo, en la que también logramos que fuera una canción bailable, que moviera a la gente sin dejar de expresar ideas y contenidos importantes en el texto”.
Sobre Arnaldo Rodríguez queda hablar de sus vínculos con los proyectos comunitarios, del patio de su casa, que es hoy la sede de La lucecita, una iniciativa para aportar y educar sobre la música y el arte en general, a personas interesadas en aprender, sobre todo a niños. Conversaríamos también de cómo transformó a la provincia de Ciego de Ávila en un hervidero cultural durante el Festival Piña Colada, o como recientemente organizó de manera online la primera edición del Habana Mambo Festival, e incluso, tendríamos que indagar en sus facetas de promotor cultural, de productor de eventos y de director artístico. Queda aún, como dijera el propio Arnaldo, mucho trabajo por hacer y mucha tela por donde cortar. En fin, contenido existe, y más entrevistas vendrán.