Porque son hijos de la gran familia que se llama Cuba, porque sus genes, desvelos y lealtades tienen un tronco único, este lunes confluyeron artistas, intelectuales y creadores en la Biblioteca Nacional José Martí, para celebrar los 120 años de ese majestuoso recinto del saber, y también los 35 de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Fue una tarde de luz, donde gravitaron la memoria, la sensibilidad y la justa reverencia a un grupo de cubanos que en diferentes tiempos han puesto el talento en función de la patria. Hubo inauguración y nombramiento de espacios en la Biblioteca Nacional; entrega por parte de la AHS de un sello especial para reverenciar la virtud, y de la distinción Maestro de Juventudes a siete hijos de la nación.
Varios momentos de emoción hicieron uno más abarcador —de honrar el arte y la creación—, el cual contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el miembro del Secretariado y jefe del Departamento Ideológico en el Comité Central del Partido, Rogelio Polanco Fuentes; y la viceprimera ministra, Inés María Chapman Waugh.
Junto a jóvenes escritores y artistas, miembros de la AHS, una representación de los trabajadores de la Biblioteca y del sindicato de los trabajadores de la Cultura, también asistieron a la jornada la Primera Secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Aylin Álvarez García; la viceministra primera de Cultura, María Elena Salgado Cabrera; la vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), Marta Bonet de la Cruz; el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez; el Presidente Nacional de la AHS, Rafael González Muñoz; así como el Director de la Biblioteca Nacional José Martí, Omar Valiño Cedré.
La especial tarde tuvo su comienzo con la visita del Presidente cubano a la nueva Sala Infantil y Juvenil Eliseo Diego, espacio exquisitamente alistado en la Biblioteca Nacional para ofrecer servicios a quienes se van abriendo al mundo. Allí, mientras el Jefe de Estado preguntaba por ciertas ediciones y autores, las bibliotecarias que atenderán la instalación hablaban acerca de una gama de opciones.
Habrá préstamos, juegos de mesa, las computadoras contarán con juegos didácticos, y también los visitantes podrán encontrar ediciones digitales cuyos contenidos son materias de las ciencias exactas.
Díaz-Canel Bermúdez, quien recordó clásicos destinados a la juventud como los textos de Emilio Salgari o de Julio Verne, hizo alusión a la importancia de que, siempre que el país pueda, se hagan esfuerzos por enriquecer los archivos, físicos o digitales, con los cuales fortalecer el conocimiento y la cultura de nuestros niños y jóvenes.
Nombras las cosas, y premiar la virtud
El recinto donde en 1961 se produjo, en la Biblioteca Nacional, el histórico encuentro de Fidel con los intelectuales —allí donde el Comandante en Jefe dijo que la Revolución tenía el derecho de defenderse—, llevará a partir de este lunes el nombre de Teatro Hart.
Justo a la entrada del histórico teatro y con la presencia del Jefe de Estado, fue develado el nombre que señala el lugar, en homenaje a —como expresara en la tarde Omar Valiño Cedrés— Armando Hart Dávalos, el relevante intelectual y político, ministro de Educación de la Campaña de Alfabetización, ministro fundador del Ministerio de Cultura.
Una vez dentro del teatro, el Director de la Biblioteca Nacional, con motivo de los 120 años de la “histórica y majestuosa institución”, expresó que en ese edificio “se atesora parte fundamental del legado de la patria, que nos permite llamarnos cubanos”. La entidad, dijo, “es curso de pensamiento y fundación, plasmado en libros, publicaciones, fonogramas, obras de arte, mapas y documentos de diversa naturaleza”.
Valiño destacó las “investigaciones para disímiles proyectos”, las cuales “nos dejan el justo crédito de servir a altos propósitos, para sabernos mejor y más en cada tiempo; porque no se trata de una mera acumulación sino de poner en valor esa suma de conocimientos mediante relaciones, subrayados, y discusiones”.
“Hoy —expresó— inclinamos la frente ante los pioneros, aquellos que decididos aportaron sus patrimonios bibliográficos personales con tal de dotar a Cuba de una biblioteca nacional, y ante aquellos otros que lucharon por su sobrevivencia ante la desidia gubernamental, hasta coronar sus esfuerzos en este magnífico edificio, hoy Monumento Nacional, que la Revolución abrió al pueblo en aras de expandir el verdadero disfrute de la cultura y el arte», como señalara «Fidel en este mismo recinto”.
Sobre la Biblioteca Nacional y la AHS, ambas de cumpleaños, Valiño afirmó que ellas existen en sus resplandecientes experiencias en función de la cultura, de la patria cubana.
En el contexto de su aniversario 35, la AHS, de manos de su Presidente, Rafael González Muñoz, hizo entrega de un sello especial —el cual la organización otorga cada cinco años a grandes personalidades e instituciones por sus aportes a la cultura y a la Patria— al prestigioso intelectual Abel Prieto Jiménez, así como a la Uneac por sus 60 años, y a la Biblioteca Nacional por sus 120.
Momento especialmente emotivo se produjo cuando la AHS también hizo entrega de la distinción Maestro de Juventudes a siete creadores que —como dijo en el encuentro el vicepresidente nacional de la Asociación, Yasel Toledo Garnache— “constituyen referentes para las nuevas generaciones”, son “siete personas que admiramos profundamente, siete quijotes muy cubanos, que desde la literatura y el arte también salvan”.
El Presidente Díaz-Canel Bermúdez, y Rafael González Muñoz, entregaron los reconocimientos al escritor y guionista Senel Paz; a ese genio de la música que es Bobby Carcassés; a la crítica e investigadora teatral Vivian Martínez; al artista de la plástica y crítico de arte, Manuel López Oliva; al director de Danza Contemporánea de Cuba, Miguel Iglesias; al consagrado teatrista, René Reyes; y al historiador Luis Figueroa.
El periodista y narrador, Yasel Toledo Garnache, expresó en nombre de la AHS: “Es un día muy especial para nosotros, porque volvemos al encuentro con nuestros maestros, al abrazo con quienes son referentes por su obra y cualidades como seres humanos”.
Garnache —quien recordó los encuentros de Fidel con la organización de los jóvenes creadores, quien dijo que resulta “inevitable pensar en la génesis, en los jóvenes poetas Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, dos muchachos que murieron uno defendiendo al otro, dos escritores profundamente martianos y fidelistas”— expresó que “dentro de la AHS, incluidos los miembros de honor, los maestros, los soñadores, los enamorados de la utopía, deberá palpitar siempre una suerte de hermandad”.
Es una suerte donde debe quedar claro, destacó, “que el hacer creativo es un vendaval de pasiones, lúdico, ennoblecedor, un manantial de ideas, experimentaciones, certezas y anhelos, con la pureza de la fidelidad total a la creación y a la nación”.
De que nunca se llega al conocimiento en soledad, de que se aprende más como maestro que como alumno, de que los lindes de la conformidad deben siempre estar bien lejos y si se llega a ellos debemos correrlos, habló el escritor Senel Paz. Y hacia el final de la jornada, resultó hermoso escuchar algo que dijo Bobby Carcassés una vez que concluyó la interpretación magistral de dos piezas: “Hemos hecho muchísimas cosas por esta Revolución, y estamos dispuestos a defenderla hasta el final”.
Horas antes, desde su cuenta en Twitter y a propósito del aniversario de la Asociación, Díaz-Canel Bermúdez había escrito: “La querida AHS llega a 35 años de fundada, con el reto de jamás envejecer y de llevar su arte joven y revolucionario a cada rincón de la Isla. Felicidades, muchachos, contamos con ustedes para seguir poniendo alma y corazón a Cuba. Que la mística de la Asociación nunca muera”.
Y fue eso, una suerte de mística, lo que puso el tono a la tarde amarilla de este lunes: En la Biblioteca Nacional, lugar majestuoso y lleno de conocimientos, se dio una afortunada confluencia de seres inteligentes, sensibles, y prestos a defender Cuba con todas las armas; incluido, desde luego, el talento.