La capital de Cuba amanece hoy engalanada cuando apenas faltan 48 horas para la inauguración de la 14 edición de la Bienal de La Habana, el mayor evento de las artes contemporáneas en la isla.
Carteles, pancartas, banderas se exhiben en las calles capitalinas, convertidas en galerías al aire libre y dispuestas a escoger proyectos internacionales y de la nación cubana durante seis meses de debate e intercambio de experiencias bajo el lema Futuro y Contemporaneidad.
Preámbulo, nombre de la propuesta número uno que comienza el viernes y se extenderá hasta el 5 de diciembre, comprende un programa de actividades que incluye exposiciones y encuentros teóricos con la participación de una treintena de artistas extranjeros.
Completan el ciclo de la cita La Habana de la Bienal y Regreso al porvenir, las cuales sucederán del 6 de diciembre al 24 de marzo y del 25 de marzo al 30 de abril, respectivamente, en varios instituciones culturales como el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam y el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, entre otros.
De acuerdo con los organizadores, todo se encuentra listo para la realización del certamen pese a los intentos de boicot, con los cuales intentan negar el respeto y prestigio de la cita y de los creadores de las artes visuales en el mundo que participan.
Podemos asegurar que la decisión de celebrar la Bienal respondió a los deseos de muchos artistas y especialistas, al imperativo de estabilizar su periodicidad bianual y a la vocación universalista y de cultura abierta, afirmó el director del certamen, Nelson Ramírez de Arellano.
Creemos que es nuestra misión defender la existencia de un espacio antihegemónico, que privilegia el diálogo, la libertad y el derecho del arte a existir y ser compartido, reconociendo su valor de transformar y su poder de impulsar a la humanidad hacia un futuro más prometedor e inclusivo, añadió Ramírez.
El apoyo a la celebración del evento se hizo extensivo a la comunidad internacional, gracias a la repercusión de la misiva Sí por la Bienal de La Habana, escrita por artistas mexicanos y respaldada por más de 600 creadores de 35 países para denunciar los intentos de sabotaje.