La Habana bailará hoy a ritmo de jazz y con Nasobuco, primera producción discográfica en solitario del percusionista Oliver Valdés, que llega a propósito del 37 Festival Internacional Jazz Plaza.
El álbum de Valdés debutará en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba con un concierto que tendrá como invitados a jóvenes y consagrados, todos reconocidos exponentes del género en la isla.
Yaroldy Abreu, Jamil Schery, Gastón Joya, Rolando Luna, Roberto Carcassés, Ele Valdés, Eme y Carlos Alfonso son algunas de las estrellas presentes en el disco y en la lista de intérpretes que participarán en la función, auspiciada por el Centro Nacional de Música Popular.
El fonogramaa nació durante el período de cuarentena de la COVID-19, por lo cual el autor decidió nombrarlo de esa manera en honor a esa mascarilla, una prenda imprescindible y que distingue el vestuario durante este período de pandemia.
De acuerdo con los analistas, la propuesta de Valdés destaca su rol como compositor en su último período creativo y constituye una especie de resumen «de distintas maneras de tocar la batería, según los géneros e instrumentos que integran cada formato».
«Con música original y cubana, el material muestra en nueve temas la voz de un instrumentista que persigue evidenciar el legado de sus maestros y su impacto en la sedimentación de un estilo propio», argumentan los especialistas.
El percusionista es el autor de muchos de los temas que conforman el disco, entre los que destaca una versión de El Necio, de Silvio Rodríguez, Nasobuco y Maní, en coautoría con Alejandro Delgado y Julio Padrón, respectivamente.
Producida por NuCubMusic Project y Four Wives, la placa fue grabada en los estudios Ojalá por Olimpia Calderón y mezclada y masterizada en la ciudad estadounidense de Los Ángeles por el músico cubano Jimmy Branly.
Además, cuenta con un video musical documental de El Necio y un material demostrativo del proceso de trabajo que muestra la excelencia de un músico con relevante presencia en producciones discográficas de artistas cubanos y extranjeros.
Hasta el 23 de enero, el jazz celebra su fiesta mayor en Cuba que apuesta por la mixtura de estilos y géneros, expresión del proceso de hibridación que en el presente vive toda una zona de la música cubana.