Los escritores, en su mayoría, son personas calladas. Intentan pasar desapercibidos en el vaivén de la vida y en ese andar, miran más allá de lo que se ve a simple vista, buscan lo diferente, historias que vale la pena contar o elementos que pueden ser puntos de partida para inventarse un universo nuevo. Un escritor es un poco mago, un poco brujo, un poco genio.
¿Cuál es la máxima meta de un literato? ¿Publicar un libro, dos, tres...? ¿Qué sucede cuando se alcanza un Premio Nacional de Literatura o te dedican una Feria Internacional del Libro? Me atrevería a decir, que en casos como el de Julio Travieso Serrano, son lauros incomparables con todo lo que le ha regalado a la literatura y a la cultura.
—Cuando le entregaron el Premio Nacional de Literatura 2021 dijo que desde la publicación de su primer libro hace 56 años, padece de la enfermedad de la pasión por la literatura. ¿Qué significa la literatura para Julio Travieso Serrano? ¿Por qué eligió esta profesión?
“Si mal no recuerdo, cité a Cervantes que en el Quijote dijo ‘Poeta es enfermedad incurable y pegadiza’. Volviendo el rostro hacia atrás y mirando el largo camino que he recorrido debo confesar que he estado enfermo de ese mal, todos esos años y lo sigo estando.
“No elegí una profesión, en el sentido de decidir ser médico, abogado, periodista, pintor, etc. Me entregué a una actividad que simultaneé con otras labores. Para ser escritor de literatura no hay estudios específicos. Una buena parte de los grandes escritores no pasaron por la universidad, e incluso no realizaron estudios secundarios. Un literato puede recibir cursos de cultura general o cultura literaria, pero difícilmente podrán enseñarle como escribir una buena novela.
“En 1966, año de mi primer libro, pensé que podía escribir una historia capaz de interesar. La escribí y logré publicar un libro de cuentos. Desde entonces he seguido escribiendo, al mismo tiempo que fui profesor, investigador, traductor, editor.
“Como detalle curioso, diré que durante nueve años no me pagaron derechos de autor, los que solo vine a cobrar en 1976, por otro libro mío. Continúe porque me gusta la literatura, disfruto el proceso de creación literaria, al igual que los pintores y compositores disfrutan de sus creaciones. Es una manera de comunicarme con mis semejantes a quienes mis escritos les pueden producir satisfacción y quizás ayuda”.
—¿Cómo es el proceso creativo que sigue a la hora de escribir?
“En épocas, llamémosle normales, trato de escribir durante la noche, digamos, de 10 a 2 de la madrugada, cuando reina el silencio”.
—¿Qué significa Cuba para Julio Travieso Serrano?
“El lugar donde está enterrada mi esposa, con la que conviví 49 años, y mis padres, mis abuelos, mis antepasados, donde descansan mis compañeros, asesinados, de la lucha clandestina en la Habana; ciudad en la que he vivido en 16 viviendas diferentes (todo un récord), que me llena de recuerdos, en la que descansaré yo también, si es que al final del viaje se descansa”.
—¿Cree que ha decaído el interés de nuestro público por los libros?
“No solo en Cuba ha decaído. Es un fenómeno mundial que se viene dando hace ya años. Se produce en toda la alta cultura que es desplazada por la llamada cultura de la pasarela. La literatura, la buena literatura, se ve marginada por los nuevos medios de comunicación que se alzan con el tiempo del lector tradicional.
“Entre leer en su formato papel una novela de 500 páginas y ver, en el celular, una telenovela turca, la preferencia se inclina por los turcos.
“Sobre esto se ha escrito mucho. Lo más que yo pediría es que se leyeran ambas producciones, algo muy difícil. En el caso muy puntual de Cuba, se pudiera hablar de medidas concretas, como hacer más atractivas nuestras librerías, actuales cementerios de libros, más hermosas nuestras ediciones, mucha más promoción en los medios. Muy poca hoy, pero esos serían paliativos que probablemente no resolverían el grave problema que padecemos”.
—Usted ha alcanzado varios premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Literatura, ¿qué significa el éxito?
“Algo deseable, por supuesto, pero que no me he dedicado a perseguir. En el caso del Nacional de Literatura, una gran distinción, no he podido disfrutarlo junto a mi esposa, fallecida el pasado año. Si hay una distinción que mucho me honra y que siempre señalo es la Medalla de combatiente de la lucha clandestina”.
—¿Cómo se define Julio Travieso Serrano?
“No me agrada auto calificarme. Puedo equivocarme y dar una falsa impresión. Prefiero que otros sean los que me valoren. Si me fuerzan, y me imagino que estoy solicitando un empleo para el cual debo presentarme, diré que soy alguien que busca la tranquilidad, la amistad, no masiva ( estilo Facebook), sino calificada, por esos amigos hago cualquier cosas, y espero lo mismo de ellos, detesto a los farsantes ( ¿quién no los detesta?), a los escandalosos, que ha recibido unos cuantos palos de la vida y que sigue, a pesar de su mucho tiempo, amando el amor.
“Ah, para mi posible empleador, soy buen trabajador, siempre y cuando no se me pidan estupideces”.