El mismísimo sitio fundacional de antigua villa de Santiago de Cuba, el emblemático parque Céspedes, está custodiado por museos y edificios relevantes: al sur está el Ambiente Histórico Cubano (otrora casa del adelantado Diego Velázquez); al norte la sala de arte, una extensión del Museo Provincial Emilio Bacardí y Moreau (en el ecléctico club San Carlos); al este se encuentra el museo Arquidiocesano (en la Catedral Metropolitana –primada de Cuba-) y al occidente está el antiguo Ayuntamiento desde el que Fidel proclamó a la nación y al mundo el triunfo de la Revolución el 1ro. de enero de 1959.
A esa singularidad se añade el hecho de que el 14 de febrero de 1899 don Emilio Bacardí, primer alcalde del Santiago poscolonial, inauguró al pionero de los museos cubanos, que hoy es el Provincial y lleva su nombre.
Precisamente Emilio y su esposa Elvira Cape consagraron sus vidas al fomento de la colección museable, al punto que en su viaje por el Oriente Medio trajeron hasta aquí muchos objetos y hasta una momia egipcia con su sarcófago.
La joven Lisandra Navarro expresó a Granma «el orgullo que siento al ejercer una profesión tan compleja como la museología y el compromiso de transmitir a quienes nos visitan: niños, estudiantes, personas con discapacidad, turistas, delegaciones extranjeras y demás, la historia del primer museo de nuestro país, de la ciudad y de la provincia que felizmente tiene también el nombre de Cuba».
Para Marleidis Brunet, subdirectora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural (CPPC), la intensa labor de conservación y promoción que se realiza en las 32 instalaciones diseminadas por los nueve municipios «ha hecho de nuestro sistema un ente único y de referencia. Aunque son 25 los centros que atendemos, que incluyen a los mausoleos de los frentes guerrilleros, sus respectivos museos y el sitio histórico de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales, también existen tres museos en la Universidad de Oriente, el de Historia Natural Tomás Romay, la Casa Heredia, el del Transporte y el Arquidiocesano».
Sitios de valor excepcional
Los museos atrapan, inspiran y, de alguna manera, se convierten en la vida misma. Damaris Lescay, jefa del departamento metodológico del CPPC, asegura que «si alguien desea conocer sobre el carnaval santiaguero, pues sepa que hay un museo en la calle Heredia que atesora la historia de la mayor fiesta de esta urbe; si necesitan profundizar sobre el café y la emigración francesa, está el museo-cafetal la Isabelica en la zona de la Gran Piedra –Patrimonio de la Humanidad-; para indagar sobre la fotografía, la televisión o el cine contamos con el de la Imagen y el Sonido “Bernabé Muñiz” –único de su tipo en Latinoamérica».
La especialista, con varias décadas de experiencia en el sector, apela al «simbolismo del Cuartel Moncada, la Granjita Siboney; de las casas natales de José María Heredia y de Antonio Maceo; de la Casa de Frank País; del museo de la Clandestinidad o del Patrimonio de la Humanidad Castillo del Morro San Pedro de la Roca que propicia el reconocimiento nacional e internacional que ostentamos».
En la urbe hay museos dedicados al Ron, al Transporte, a la Música (inaugurado al cumplirse el V Centenario de la fundación de la villa en 2015), a la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana (y el paisaje subacuático donde están los pecios de la escuadra naval del Almirante Pascual Cervera) y en el Valle de la Prehistoria, el de Historia Natural José Ramón Cueva. La vida y obra de la heroína Vilma Espín se anuncia desde la que fuera su casa natal.
Santiago preserva su historia
Sea en la costa, en la Sierra o en el Valle Central, no hay sitio de esta provincia en el que no haya nacido, crecido o luchado un héroe; sufrido martirio un combatiente o que haya servido de escenario para un hecho.
La mayoría de las instalaciones están en buen estado de conservación y 12 son monumentos nacionales. El CPPC ha establecido una estrategia para difundir la historia y sostener las edificaciones, además de cuestiones relacionadas con las que son patrimonio intangible de la nación y de la Humanidad como lo es la Tumba Francesa.
Dos museos tienen los municipios de Palma Soriano y San Luis; en Mella, Songo-La Maya y Guamá hay uno respectivamente; en Segundo y Tercer Frente están los mencionados mausoleos.
La Avenida de los Libertadores –con los bustos de nuestros próceres- es un museo a cielo abierto; la calle Enramadas, otro; el Moncada y sus alrededores; la serranía; la bahía; el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia; los Mangos de Baraguá; La Mejorana, Majaguabo y una excelsa lista.
Don Emilio Bacardí, precursor de los museos cubanos, exhortó: «cuídese, consérvese y auméntese por los que aquí vivimos actualmente, y las generaciones venideras, al ver salvada de la destrucción lo que es historia del pasado, lo que ha sido de sus gloriosos ascendientes».
En el Día Internacional de los Museos, se apela también a la toma oportuna de decisiones para que dichos espacios continúen siendo importantes en sus contextos porque, sin lugar a dudas, son custodios de la memoria –tangible e intangible- de la civilización.