Para festejar el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor nada mejor que escoger un buen ejemplar y homenajear hoy en esta jornada a grandes escritores de la literatura universal.
Ya de por sí sola la fecha rinde tributo a Miguel de Cervantes Saavedra (España), mundialmente conocido por escribir El Quijote, y también a William Shakespeare (Reino Unido), eminente dramaturgo autor de Romeo y Julieta, dos de las más universales obras de la literatura y el teatro, respectivamente.
El Día Mundial del Libro es una conmemoración celebrada cada 23 de abril con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
Desde 1988 es una celebración promovida por la Oficina de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cutura (Unesco) iniciada en varios países para expandir la lectura.
Se trata de un día simbólico para la literatura mundial, ya que ese día, en 1616, fallecieron Cervantes, el inca Garcilaso de la Vega y Shakespeare.
Cervantes en realidad murió el 22, pero fue enterrado el 23, y en cuanto al inglés, ese 23 de abril corresponde al calendario juliano, vigente aún en la Inglaterra isabelina).
La fecha también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes, como Teresa de la Parra, Vladimir Nabokov, Josep Pla, Manuel Mejía Vallejo y William Wordsworth.
Por eso el Día Mundial del Libro se creó en honor a estos autores fallecidos.
Muy natural que la Conferencia General de la Unesco, celebrada en París en 1995, decidiera rendir un homenaje universal a los libros y autores en esta fecha, alentando a todos, y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura, a valorar las contribuciones de quienes impulsaron, y aún lo hacen, el progreso social y cultural de la humanidad.
Respecto al tema, la organización también creó el Premio Unesco de Literatura Infantil y Juvenil en aras de la Tolerancia.
La Directora General de la Unesco, Audrey Azoulay, anunció la designación de Estrasburgo (Francia) como Capital Mundial del Libro para 2024, propuesta relacionada con el papel de estas joyas para compartir los conocimientos científicos, así como empoderar a los jóvenes como agentes del cambio.
Se eligió a Estrasburgo por su patrimonio literario y planes de actividades que combinan la literatura con otras disciplinas artísticas, como la música, la dramaturgia y la ilustración.
La ciudad cuenta, además, con un sólido historial en la organización de eventos a gran escala.
Ciudades designadas Capital Mundial del Libro por esa oficina de la ONU se comprometen a promover el libro y la lectura para todas las edades y grupos de población, dentro y fuera de sus fronteras, y a preparar un programa de actividades durante este año.
Estrasburgo es la vigésimo cuarta ciudad que ostenta este título desde 2001, y sucede a Madrid (2001), pasando por Alejandría (2002), Bogotá (2007), Atenas (2018), y Guadalajara (2022).