La Habana, 11 jun. - Laberintos y personajes, casi siempre en tonos grises, blancos y negros, se entrecruzan con algunas pinceladas de color en los cuadros que conforman "Ingravidez", la más reciente exposición del artista visual cubano Ramiro Zardoya, en esta capital.
Abierta al público hasta agosto, la muestra de 20 piezas en la céntrica galería 23 y 12, del Vedado habanero, exige tiempo del espectador ávido de traspasar los detalles de cada trazo del acrílico sobre el lienzo, realizados por el autor entre 2023 y 2025.
Según Zardoya, su universo se rige por una gravedad diferente, como si sobrevivir se tratara de flotar, ingravidos, o de agarrarse para no naufragar.se tratara de flotar, ingravidos, o de agarrarse para no naufragar.
En su narrativa «se hilvanan una serie de signos que mutan de lo individual a lo colectivo, a modo de una desafiante crónica social de la condición humana, esa atemporal, universal y a circunstancial».
Con mucha razón, a la entrada de la exposición un texto advierte que en su apuesta por una simplicidad solo aparente, Zardoya libera su obra del peso que otorgan los artilugios, las categorías y las definiciones, para conferir a lo corpóreo toda la capacidad de acción y movimiento.
Para Yahíma Rodríguez, curadora de este regalo a la vista y a la inteligencia, la exposición revela dos cualidades notables en la obra de este creador, «su eficacia como metáfora de cambio, de la búsqueda de armonía en medio de lo incierto, y su capacidad de constante transformación».
En opinión de la especialista, en estás «amplias crónicas visuales de la condición humana prima una gravedad diferente», a través de esos cuerpos que caracterizan su obra, «son cuerpos en estado puro, abiertos y vitales, en una coreografía incesante de gestos, tensiones y fluidez, que solo existen en un mundo más leve, sincero y libre».
Más allá de lecturas posibles, detrás de esta propuesta imagino a Zardoya, pincel en mano, gozando y sufriendo, pariendo geometrías infinitas, historias increíbles, alegrías, preocupaciones y tristezas, dejando en cada línea, en cada pedazo de tela, un poco de él.