¡Cuánta razón tuviste, Maquiavelo! Cuánta sabiduría… cuánta verdad: el fin justifica los medios. Y si más de tres años han pasado desde que el tema apareció en cada salón de reuniones o charla de esquinas hasta que al fin tenemos la solución, llega el momento de olvidar, celebrar y soslayar la morosidad.
Lo importante, y valdría poner en mayúsculas esta noticia, es que la selección cubana de fútbol podrá contar por fin con jugadores que militan en ligas extranjeras, en claro beneficio de un equipo cuyos resultados de los últimos años han rasgado las esperanzas de la afición de competir al menos en el área de Concacaf.
Sin embargo, la paciencia y las horas de estudio dedicadas a concretar esta apertura comenzarán a rendir frutos el venidero 24 de marzo, cuando puedan estar en la grama defendiendo a su país como parte de las eliminatorias mundialistas —a fin de cuentas, eso lo decidirá el entrenador Pablo Elier Sánchez— Onel Hernández, Carlos Vázquez, Joel Apezteguía y Jorge Luis Corrales.
Los nombres deben ser reconocidos ya por los hinchas al fútbol en la Isla. Si Messi o Cristiano ocupan los debates en la mayoría de los casos, la figura del propio Onel, por ejemplo, ha subido como la espuma en popularidad, sobre todo tras convertirse la temporada pasada en el primer criollo en disputar la Premier League inglesa y anotarle incluso un gol —golazo, para decirlo bien— al Manchester United.
El aporte de estos hombres será invaluable. A la maltrecha tropa antillana se le aplicará una especie de vacuna para subirle la inmunidad, sustentada sobre todo en la presencia de Corrales y Vázquez, quienes solidificarán el muro defensivo, taponeando el lateral izquierdo y el eje de la zaga, lo cual quizás permita la incorporación de Yosel Piedra a la banda derecha.
De Onel queda poco por decir. Es un jugador diferente, soberbio para el nivel centroamericano y caribeño, que en cuestión de segundos puede anotar un gol o al menos crear una jugada peligrosa. Apezteguía, por su parte, tiene la experiencia en disímiles circuitos y la frialdad de cara al arco que a veces les ha faltado a otros artilleros cubanos.
El factor común de todos es desempeñarse en el fútbol profesional y lo que esto conlleva. La disciplina táctica que poseen y —especialmente— que deben contagiar a sus compañeros deberá quitarle muchos dolores de cabeza a Pablo Elier a la hora de plantear los partidos.
Es cierto: este debe representar solo el comienzo y quizás pronto puedan incorporarse otros como Marcel Hernández, Raiko Arrozarena o Christian Joel, quienes con toda seguridad conformarían ya una selección de respeto.
Por lo pronto, queda aplaudir esta extraordinaria noticia y pensar desde ya en la necesidad de sacar buenos resultados en los partidos ante Guatemala y Curazao. La presencia de cuatro nuevos futbolistas no será la panacea, ni convertirá a Cuba por arte de magia en un equipo sólido. Queda trabajo y tiempo.
Por lo pronto, me aventuro a dejar un posible once para el primer choque:
Sandy Sánchez- Yosel Piedra- Jorge Luis Corrales- Sandro Cutiño- Carlos Vázquez- Karel Espino- Arichel Hernández- Jean Carlos Rodríguez- Luis Paradela- Onel Hernández- Maykel Reyes