Conscientes de que lograr una clasificación mundialista es un sueño muy, muy lejano, como dirían en La Guerra de las Galaxias, la familia del fútbol cubano tiene la puerta abierta a la esperanza luego de las más recientes actuaciones de la escuadra nacional.
El camino hacia Qatar 2022 ya estaba cerrado para los nuestros, pero los dos partidos restantes nos darían una idea de dónde estamos actualmente, y la realidad es que estamos mejor de lo que pensábamos.
No me refiero solamente a los resultados (el último encuentro lo ganamos apenas 1-0 y con susto al final), sino sobre todo el volumen de juego mostrado por los cubanos en estos dos choques, y también en el que se perdió ante Curazao, el mejor plantel de nuestra llave.
Quiso el calendario que los choques vitales fueran los primeros a efectuar, y quizás esto nos privó de una mejor actuación, porque con el paso de las semanas el grupo dio pasos de gigante en cuanto a sincronización y entendimiento colectivo.
Sin dudas, la inyección de jugadores que militan en otras Ligas y por ende tienen experiencias superiores a los que solo se desempeñan en casa, fue la clave para cambiarle el rostro a este equipo. Lo que aportan estos futbolistas a nivel anímico, de calidad, y sobre todo táctico, no se puede suplir en nuestro Campeonato Nacional.
Por supuesto que hay muchísimas cosas que mejorar: lo primero es la puntería, porque en todos los partidos, incluso en los que perdimos, creamos bastantes ocasiones, y diría que en total mucho menos de la mitad terminaron en las redes rivales. Los compromisos que se nos avecinan serán mucho más exigentes y hay que asegurar una mejor efectividad.
No es un mal nuevo ni mucho menos para el fútbol cubano, pero urge corregir el tiro para subir de nivel y volver a ser respetados como merecemos en nuestra área geográfica.
Julio nos espera con los choques de clasificación para la Copa de Oro, fundamentalmente marcado en rojo el posible contra Trinidad y Tobago, y ahora que no hay compromisos con sus clubes, es buen momento para que todos practiquen de cara al arco.
Claro que hay razones para el optimismo, sigamos en esta línea.