Desde los primeros rugidos los Leones amenazaron con ser los reyes del bosque, mientras los Leñadores casi deponían sus hachas, cuando una despiadada ofensiva comenzaba a dejarlos fuera del ruedo.
Pero los felinos no se conformaron con sacar las garras en el inicio de la II Liga Élite, las extendieron en las dos jornadas siguientes para dejar desvalidos a los anfitriones en su propio parque, el Julio Antonio Mella, de Las Tunas, y así terminar líderes y únicos en tres desafíos, cuando aún falta por completar el cuarto y último juego de la subserie de apertura..
Fue entonces que muchos aficionados recordaron el proverbio: donde hay desquite no hay agravio, en alusión a la histórica barrida que le aplicaron los Leñadores a los Industriales de la capital, en su propia guarida, en el play off final de la LXII Serie Nacional
Basta decir que de los jugadores regulares de La Habana, cinco ya promedian por encima de los 400 y solo uno, Rubén Valdés, exhibe una pobre ofensiva. .
En el reverso de la moneda están los anfitriones, pues ninguno de sus toleteros se encarama en los 300., sobre todo los de mayores responsabilidades madero en mano, del tercer al sexto turnos.
La buena respuesta de los Leones no fue un milagro; los pupilos de Guillermo Carmona se prepararon bien para la contienda, en la ofensiva y en el picheo, en tanto en los Leñadores no hubo sorpresa sobre todo en los que piensan que tienen deudas con los entrenamientos.
Pero punto y aparte de ganados y perdidos , la forma en que perdieron los actuales titulares nacionales le restó brillantez al espectáculo, por tratarse de un choque entre campeones y subcampeones, trasmitidos a toda Cuba por el canal Tele Rebelde.
Y ese público en las graderías del Mella prácticamente hizo mutis durante los desafíos, con la esperanza de que su equipo reaccionara, mientras la conga La Jardinera que los anima en cada encuentro, sonaba sus hierros y tambores esporádicamente.