Al valorar la situación del sistema electroenergético nacional, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levi, dijo que se ha cumplido la estrategia de cara al verano, con la realización de los mantenimientos programados a las unidades generadoras. Tras la ejecución de dichas acciones, agregó, “se aprecia una mejoría en las afectaciones, como siempre dijimos, llegar en mejores condiciones”.
Sobre la alta carga de apagones sufrida en los meses precedentes, el ministro explicó que, debido a la capacidad de generación actual, es imposible dar mantenimiento sin afectar el servicio. “Hoy nosotros estamos dando mantenimiento a las mismas unidades que tienen el compromiso de entregar energía. La planificación se hace pensando en los meses de verano (julio y agosto), que es cuando descansa una parte de la población, se elevan las temperaturas y, por ende, se aprecian los mayores consumos”.
En este sentido, subrayó que a casi todas las unidades de generación térmica y de gas se les dio mantenimiento, y también se rehabilitó una parte de los sistemas de la generación distribuida. “Todo esto se hizo con nuestros recursos a partir de las posibilidades financieras que tiene el país, con una planificación hasta el 30 de junio”.
Advirtió que, a diferencia del año anterior, cuando se hicieron estas mismas labores de mantenimiento, la disponibilidad de combustibles para la generación fue mucho menor este año, llegando a alcanzar hasta 20 horas de apagón en el mes de marzo y cifras elevadas igualmente en abril y mayo. “No tenemos un suministro estable de combustible como teníamos en otros momentos. Estamos saliendo al mercado internacional a comprar el combustible y la factura petrolera del país es de más de 4.000 millones de dólares”, explicó.
El ministro recalcó que, tras finalizar la mayoría de los mantenimientos programados, se aprecia una mejoría en el servicio eléctrico en el país, aunque no siempre se puede cubrir el horario pico dada la limitación de combustibles para respaldar la demanda. De igual manera, subrayó que la distribución de las afectaciones es responsabilidad de cada despacho provincial de cargas, quienes operan a partir de los circuitos apagables.
“Nosotros planificamos, al terminar los mantenimientos, tener 1.200 MW en la generación térmica como promedio; sin embargo, en la mayoría de los días del mes de julio hemos logrado servir 1.300 MW”, agregó.
Proyecciones sobre la Guiteras, Felton y las energías renovables
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levi, destacó los avances graduales en las energías renovables en Cuba. Esto, según el ministro, permitirá ahorros de combustible e incrementar la estabilidad en el suministro eléctrico durante el día. Sin embargo, también reconoce la necesidad de recuperar y estabilizar la generación térmica, especialmente durante la noche, cuando no hay energía solar disponible.
En este sentido, explicó que las plantas térmicas consumen el crudo y gas cubanos, lo cual se alinea con la estrategia de reducir la dependencia de las importaciones de combustible. Señaló que ya se está trabajando para lograr la recuperación y reparación de las unidades térmicas, destacando el caso de la Guiteras.
Indicó que si bien la energía renovable tiene un impacto más rápido en el servicio eléctrico y en la economía, la reparación de las plantas térmicas es un proceso más complejo y demorado.
“Contamos ya con la mayoría de los recursos para hacer la reparación capital (de la Guiteras) pero se está valorando cuándo es el mejor momento para hacerlo por el tema del consumo”.
En el caso de Felton se trabaja de manera paralela.
“De manera rápida se empezó a desmontar la caldera, que es una cosa gigantesca. Se preservó lo que había que preservar, el área está limpia y están llegando algunos recursos, sobre todo metales, para comenzar a reconstruir las columnas. Todo lo que se pueda hacer con la industria nacional, lo haremos”.
Finalmente, el ministro adelantó que en los próximos días se debe estabilizar la venta de gas licuado a la población tras la llegada de un barco al país que ya descargó en Santiago de Cuba y que ahora lo hace en el puerto de La Habana.