Hay que dignificar al maestro ante los ojos de la sociedad, hay que innovar desde los claustros, desde cada aula. Sobre tales conceptos, entre otros que sostienen su certeza de que “el futuro del país pasa por la educación”, disertó en la mañana de este viernes, desde el Palacio de la Revolución, el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Sus palabras tuvieron lugar durante la reunión realizada con autoridades a quienes concierne el desarrollo del curso escolar 2023-2024, y donde se hicieron reflexiones alusivas a los aseguramientos, prioridades y retos que demandan hoy las mayores atenciones.
“Este es un curso sumamente retador”, dijo el Jefe de Estado, y su afirmación estuvo relacionada con “los análisis que hemos hecho de toda la situación que enfrentamos por las exigencias que impuso la COVID-19”.
El mandatario reconoció el “esfuerzo extraordinario” que desde “el punto de vista pedagógico” se desplegó para que en medio de una situación tan compleja el curso escolar no se perdiera del todo; y destacó cómo fueron adquiridas experiencias “que enriquecen la práctica pedagógica del país en Revolución”.
Son experiencias -valoró el dignatario- que sacaron a la luz “afectaciones que también hemos tenido en el proceso de aprendizaje”, porque en medio de la COVID-19 todo fue “menos presencial”, porque Cuba vivió “un período prolongado de tres años, en condiciones muy complejas”.
En opinión del mandatario, dos aristas deben ser tenidas en cuenta en el presente curso escolar: el grupo de experiencias aportadoras, que garantizan perfeccionamiento en los procesos educativos; y lo que ha quedado como punto de partida si se trata de “cosas que tenemos que resolver y que tenemos que superar”.
“Las exigencias formativas, en este momento, son superiores”, afirmó el Presidente cubano; y argumentó que así es porque existe “un programa de colonización cultural”; porque “está todo este tema hegemónico, hay un grupo de temas globales que se están viviendo con mucha agudeza, y no siempre hay conciencia de todas estas problemáticas, no siempre se entienden”.
Al abordar la realidad cubana el Jefe de Estado reflexionó que en la medida en que se avanza en temas como el cronograma legislativo, o en procesos de mayor participación popular para la toma de decisiones, se imponen también mayores “exigencias en la formación ciudadana de las nuevas generaciones”, lo cual demanda, dijo, de un trabajo formativo que sea superior.
“Nosotros -destacó- no estamos en un proceso que es de instrucción: nosotros estamos en un proceso educativo; o sea, de formación, de crear una cultura general e integral que pasa por la cultura patriótica, política, ciudadana, cívica”.
Por lo anterior, según reflexionó Díaz-Canel Bermúdez, se impone el rigor en medio de un mundo donde hay prevalencia de un discurso hegemónico por parte de un imperio; en medio de un mundo “en que se vive con una gran incertidumbre”.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba recordó que vivimos hoy “en un mundo en que ya no sabemos hasta dónde van a llegar los problemas de afectación al medio ambiente”; un mundo “en que se están tratando de buscar las soluciones por la vía de la guerra y de los conflictos, y no por la vía de las negociaciones”.
Es un mundo, aseveró, “en que se habla mucho de multilateralismo en los discursos, pero donde realmente lo que va predominando es la imposición hegemónica de un país en particular o de determinados grupos”. Es un planeta “donde hay desigualdades, donde hay un orden económico internacional totalmente injusto; un mundo que necesita ser mejorado”, como pedía el Comandante en Jefe Fidel, quien siempre compartió su convicción de que tal mejoría -y así lo recordó Díaz-Canel- es posible.
“Tenemos que formar a nuestros jóvenes, y tenemos que formar a nuestros niños conociendo eso, preparándolos para ese mundo, sobre todo para que tengan conciencia de cuál es el papel que les corresponderá después para transformar ese mundo”, razonó el mandatario.
“Estamos en un momento en que las exigencias formativas son muy altas”, destacó el Jefe de Estado, quien subrayó que así es si lo que en verdad queremos es un ciudadano “patriota, revolucionario, consciente, que sienta por los problemas del mundo, que tenga una cultura general integral”; si en verdad queremos que “la gente se distingan por el conocimiento y por su cultura y no por la posesión de bienes”.
Lo distintivo de este curso
Una vez concluida la reunión y en intercambio con la prensa, la Ministra de Educación, Naima Ariatne Trujillo Barreto, afirmó que el curso 2023-2024 tiene como característica esencial que es el primero, después de la etapa de pandemia, que va a tener una extensión de 46 semanas. Es una característica, dijo, que lo acerca “mucho más” a los que “normalmente desarrollábamos, con una presencialidad total”.
Tal realidad, enunció la titular, activa “muchísimas motivaciones”, las cuales se trasladarán “al ámbito familiar, porque volvemos a tener a nuestros niños, a nuestros educandos en todos los niveles educativos y durante un periodo normal de desarrollo”.
Naima Ariatne Trujillo compartió, además, el optimismo que en su entender este curso despierta “con todo lo que va a estar sucediendo en términos de la generalización del Tercer Perfeccionamiento” del sistema de educación en el país, el cual “ha tenido que desarrollarse en medio de las condiciones excepcionales de la pandemia”.
Sobre el tema, la ministra afirmó: “Pensamos que este va a ser un curso que va a determinar muy buenas oportunidades para seguir en la generalización de los asuntos fundamentales vinculados a este proceso (de perfeccionamiento)”.
Y al sumar argumentos alentadores la titular de Educación expresó a los periodistas que “es muy probable que podamos contar con los textos para el grupo de los grados iniciales; y eso también, por supuesto, debe impactar favorablemente en esa transformación a la que se aspira”.
Este 2023-2024 será también el curso -según comentó la ministra- de “estar introduciendo importantes transformaciones en la formación del personal docente”. En tal sentido habló de cambios estratégicos, asociados en lo esencial a las escuelas pedagógicas, a las universidades, a todos los espacios vinculados con la formación pedagógica en general.
Se trata, explicó, de ir creando las condiciones necesarias para que -desde la formación, desde los claustros que trabajan con las carreras pedagógicas en cualquiera de los niveles- se garantice una mayor calidad, “y podamos situar en mejor posición a la institución educativa que hoy, por diversas causas, tiene graduados, profesionales en formación, personas contratadas, y eso por supuesto tiene una complejidad en la dinámica, sobre todo en términos de calidad”.
Sobre las fuerzas docentes con las que cuenta el país, la ministra explicó que las situaciones más complejas están concentradas en las provincias de La Habana, Mayabeque, Matanzas, Sancti Spíritus, al tiempo que existe una “situación más favorable en Pinar del Río, en Santiago de Cuba, en Guantánamo, y en Granma”. Estamos buscando, dijo, un conjunto de alternativas que esperamos sean las más favorecedoras para el proceso formativo.
En lo concerniente a los aseguramientos materiales para el presente curso escolar se ha hecho, según comentó Naima Ariatne Trujillo, “un gran esfuerzo; ha habido un seguimiento durante todo el año anterior, que se ha intensificado en los últimos meses”.
La titular detalló que existe “garantía de uniformes escolares para los grados iniciales, para todos los grados iniciales” -en unos casos con dos uniformes, y en otros con uno-; y que gradualmente irán llegando las piezas destinadas a los continuantes, con especial prioridad para la educación primaria.
En lo que a las becas respecta, la ministra expresó: “tenemos algunas dificultades en recursos”; y fue enfática sobre la necesidad de “seguir trabajando mucho en respuestas locales para los temas de alimentación”, en labor conjunta con los gobiernos de cada escenario donde esté ubicado un centro docente.
Otros desafíos del sistema educativo
Durante su intervención en el encuentro sostenido en el Palacio de la Revolución, el Presidente Díaz-Canel comentó que todos los propósitos trazados para el ámbito escolar demandan que, en medio de la actual situación, se sea “sumamente creativo”.
Al referirse al proceso de perfeccionamiento el Jefe de Estado reflexionó acerca de “la maduración de un grupo de ideas que hemos discutido (…), que nos tienen que llevar a un impacto superior en la modernización de nuestra educación”. Se trata de una modernización, definió, que entrañe “más calidad”.
En una disertación sobre caminos por los cuales la educación cubana puede encontrar su perfeccionamiento, el dignatario habló sobre nuevos conceptos; sobre cómo el tema educativo debe vincularse “a lo mejor del ideario pedagógico cubano”; sobre cómo buscar toda la flexibilidad que haga posible la continuidad de estudios; y sobre cómo defender, a través de una atención diferenciada, el talento que le va naciendo al país.
Sobre lo valioso del trabajo político-ideológico en las escuelas; sobre crear las condiciones que propicien un debate institucional para mejorar el claustro; sobre cómo lograr que en medio de una situación compleja en lo económico y en lo social los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad no se queden en desventaja ante el aprendizaje habló también el Presidente cubano. Y en cada idea, estaba presente la convicción de que los caminos de un país mejor pasan obligadamente por una buena educación. (Texto: Presidencia Cuba)(Fotos: Estudios Revolución)