El colega Francisco Rodríguez Cruz, autor del popular blogs Paquito el de Cuba, activo promotor en las redes sociales de todas las causas justas, “martiano y periodista; comunista y gay”, como se autodefine, accedió a comentar en exclusiva para CubaSí sobre el nuevo anteproyecto de Código de las Familias.
Apenas se dio a conocer esta versión 22, y ya Paquito se pronunciaba en la red de redes: “Gracias por ponernos en el camino de garantizar todos los derechos para todas las personas, un sueño y un resultado de la labor de varias generaciones de activista, intelectuales, investigadores y cientistas sociales. En particular, es el cumplimiento de una vieja deuda con las personas LGBTI, que tanto hemos sufrido y esperado por el reconocimiento de nuestros derechos. Ahora, a trabajar duro para su perfeccionamiento y aprobación”.
Ahora, a solo pocos días de hacerse público el importante documento, Paquito responde a CubaSí:
-¿Cuáles son tus expectativas en cuanto al debate y aprobación del nuevo anteproyecto del Código de las Familias?
-Yo creo que se nos viene por delante un arduo trabajo de explicación, de razonamiento, de persuasión, de explicar y de enamorar a las personas sobre la justicia de este anteproyecto, que va mucho mas allá de las reivindicaciones y derechos de grupos específicos de nuestra población, sino que abarca una cantidad de aspectos importantísimos para el desenvolvimiento de las familias en Cuba.
"Eso es evidente, a partir de lo que nos están explicando y de criterios que están apareciendo de jóvenes juristas y especialistas en el asunto, con un nivel de novedad en los conceptos y con un sentido verdaderamente revolucionario de la legislación acerca del derecho civil y familiar.
“Es previsible que comiencen también las resistencias y los pretextos que de alguna manera todavía disfrazan los prejuicios y las mentalidades conservadoras que nos quedan a nivel social, e incluso no solo desde posturas fundamentalistas religiosas, sino en sentido general en la población y también en personas con capacidad de decisión en el país. Creo que vendrán los argumentos que muchas veces se utilizan en estos asuntos de que hay temas más importantes, de que este no es el momento, de que tenemos que concentrarnos en otras prioridades como la economía, el enfrentamiento a la Covid…
“Surgirán mil y un pretextos para tratar de quitarle importancia, de ralentizar el proceso de análisis que se nos viene encima y eso es a lo que tenemos que estar alertas, tenemos que explicar y convencer de que en temas sociales y en temas de derechos y de justicia no hay asuntos más importantes que otros, todos tienen relevancia porque implican la felicidad de muchas personas”.
-¿Consideras que nuestra sociedad está lista para aceptar el reconocimiento legal a familias no convencionales?
“Yo sí creo que la sociedad cubana está preparada, creo que hemos tenido un proceso de maduración de estas ideas. Este anteproyecto de código no sale de la mente calenturienta de una comisión de especialistas; sale de las necesidades reales de la ciudadanía, de la discusión que hemos llevado, hace casi ya tres lustros, de estos temas que están en la agenda pública desde hace mucho tiempo sobre la necesidad de fortalecer y modernizar las instituciones familiares y de reconocer cada vez más las transformaciones que se han dado en la sociedad cubana. Creo que sí estamos listos para echar este debate y para ganarlo”.
-Aunque ya te has pronunciado en las redes, qué comentario te merece que el Ministerio de Educación, justo ahora, informe sobre la necesidad de aplazar el Programa de educación integral de la sexualidad con enfoque de género?
-“El aplazamiento de los programas de educación integral de la sexualidad por el Mined es el mejor ejemplo de lo que nos puede suceder desde el punto de vista negativo en estos asuntos, de cómo a veces no somos capaces de articular todo lo que nos estamos proponiendo y mirarlo con una visión integradora, de ver la importancia que tiene en estos asuntos sopesar no solo los pasos que se dan, sino la forma en que se defienden, se argumentan y validan.
“En estos aspectos cualquier retroceso tiene una lectura política negativa hacia nuestro Estado, hacia la Revolución, hacia nuestra autoridades y el propio liderazgo del Partido. Por tanto, en definitiva, ahora con todo lo que se nos viene del anteproyecto, podemos un poco quitarnos ese mal sabor de este aplazamiento y tratar de verlo en positivo, hacia adelante, como fortalecimiento de las posibilidades de articular todos estos procesos a partir de la aprobación que esperamos del anteproyecto de código.
“Pero sí no debemos permitirnos este tipo de imprecisiones y darnos cuenta de que más que un proceso técnico jurídico este es un proceso político, que va a encontrar resistencias y manipulaciones, incluso de la contrarrevolución para tratar de frenarlo. Por tanto, debemos aunar fuerzas y verlo todo en su integralidad, de forma coordinada y sin inconsistencias como la que ha ocurrido con la educación integral de la sexualidad”.