Decenas de países se comprometieron a promover los vehículos eléctricos, disminuyendo así la contaminación atmosférica y frenar el cambio climático.
A nivel mundial, el transporte representa una cuarta parte de las emisiones totales: ocho mega toneladas por año, según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC).
Esta cifra es un 70 por ciento más alta que 30 años atrás. Se estima que más de mil millones de autos de pasajeros recorren las calles y carreteras del mundo hoy en día y, si no se toman medidas urgentes, para 2040, esta cantidad podría duplicarse, apuntó un sitio web consultado.
El Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas entiende que el transporte es un medio para promover la actividad económica y el bienestar del ser humano. Pero también señala que este sector influye de forma importante sobre la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación.
Recuerda que la atmosférica de las ciudades afecta a la salud de su población: incrementa el peligro de sufrir dolencias respiratorias tanto agudas como crónicas y enfermedades cardiovasculares. Existen grupos más vulnerables como los menores, los adultos mayores, las familias con menos ingresos y aquellas que ya están enfermas.
La historia cuenta que los primeros vehículos eléctricos fueron producidos y vendidos a principios de la década de 1900 y las comercializaciones alcanzaron su punto máximo diez años más tarde. Sin embargo los avances tecnológicos y el descubrimiento de grandes reservas de petróleo los desplazaron en favor del motor de combustión.
"Ahora, casi 100 años después, los vehículos eléctricos regresan y necesitan desplazar cada vez más el motor de combustión para reducir las emisiones y la contaminación del aire", dijo el Secretario General de la ONU en una intervención.
Muy aplaudible fue la iniciativa de una treintena de países para acelerar el camino hacia la llamada movilidad eléctrica mundial presentada durante la Conferencia de Cambio Climático de las Naciones Unidas en Katowice, COP24.
La declaración Driving Change Together fue redactada por el Reino Unido y Polonia, y compromete a los Estados que la firmen a acelerar el despliegue de vehículos con cero emisiones, aumentar el transporte público, y mejorar la calidad del aire en las ciudades.
Expertos consideran que la declaración es un paso esencial hacia un sistema de transporte descarbonizado. Polonia por su parte pretende tener un millón de autos eléctricos en sus carreteras para 2025.
Muchos coinciden en que el crecimiento de los vehículos eléctricos tendrá un impacto significativo en la demanda de electricidad, y esto debe tenerse en cuenta. Para evitar que eso suceda se deben realizar inversiones para crear electricidad a partir de fuentes renovables.
Algunos países dieron a conocer iniciativas, entre las que destacan Reino Unido y Francia que pretenden prohibir todas las nuevas ventas de vehículos de gasolina o diésel después de 2040. Esto también se está discutiendo en China o Sudáfrica los que apuntan a una reducción del cinco por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte para 2050.
Quito, capital de Ecuador, se aventura a las flotas de autobuses eléctricos, así como, el gobierno de Corea del Sur planea suministrar un millón de vehículos de ese tipo en los próximos dos años, e India discute la posibilidad de que el 15 por ciento de sus autos sean eléctricos para 2023.
Todas las iniciativas están encaminadas a favorecer la salud del planeta. No perdamos de vista que los vehículos eléctricos son ecológicos y pueden ayudar a reducir las emisiones contaminantes.