Si bien el 31 de enero no se quebró el récord de frío para Cuba en lo que va de siglo XXI —el de 1.0 grado Celsius que se alcanzó en la provincia de Matanzas en 2015—, los de la región occidental del país “se congelaron” por un bajón de la temperatura del aire poco frecuente en un mes de enero, aunque esperado. Digo poco frecuente teniendo en cuenta que, al menos desde 2004, en solo tres años la temperatura más fría en enero en el occidente ha sido inferior a 4.0 grados.
Ayer se registraron valores interesantes de mínima a principios de la mañana en varias estaciones, desde Pinar del Río hasta Ciego de Ávila y en la Isla de la Juventud.
Como notificó el Instituto de Meteorología, fue en Bainoa, Mayabeque, donde el termómetro marcó 2.8 grados Celsius. En el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana midieron 3.2 grados; en Bauta, Artemisa, 4.1; y en Paso Real de San Diego, Pinar del Río, 6.0. En Casablanca, en el norte de la capital, la temperatura mínima fue de 9.9 grados (el récord absoluto es, de acuerdo con el Dr. José Rubiera, de 8.5, del 11 de enero de 1970).
Causas del descenso
Enero es uno de los meses más gélidos de la época invernal para el territorio nacional. Eso es incuestionable. Del norte, tras los frentes, baja el aire frío.
La temperatura descendió tanto el lunes en el oeste cubano, máxime en localidades interiores, debido a que el aire ártico, muy frío y seco, continuó llegando desde el sureste norteamericano. El aire sobre la superficie terrestre se enfrió aun más a causa de la disminución significativa de la nubosidad, y también por el viento débil o encalmado.
Destacar que la estación de Bainoa se ubica a unos cuantos kilómetros de la costa septentrional de Mayabeque y está rodeada por elevaciones al oeste, sur y este. Además, el suelo del lugar es ferralítico rojo compactado, con alto contenido de hierro y arcilla. Todo ello propicia el enfriamiento.