Hace unos días bajó marcadamente la temperatura en Cuba a consecuencia del avance de un frente frio, seguido de una masa de aire continental polar, y en la estación meteorológica de Bainoa, en el municipio de Jaruco, Mayabeque, se registró una temperatura mínima impresionante, cercana a cero grados Celsius. El récord absoluto de temperatura mínima alcanzado en Cuba y que está aún vigente, 0.6 ºC, fue precisamente registrado en Bainoa, poco antes del amanecer del 18 de febrero de 1996. Sin embargo, lo cierto es que, en las estaciones de medición, el termómetro está situado a una altura estándar a dos metros del suelo, de manera que a nivel del terreno, el valor seguramente fue menor.
Estos eventos en Bainoa no son raros, pues con frecuencia se registran valores mínimos semejantes, aunque el pasado dos de febrero, los campos de caña amanecieron cubiertos con una capa de escarcha, lo cual representa una situación poco frecuente en Cuba.
Entonces es natural preguntarse por qué baja tanto la temperatura en este lugar, que para simplificar este análisis en lo adelante llamaremos “Cuenca Jaruco-Aguacate” con centro geográfico en Bainoa (Fig. 1). Examinemos pues las posibles causas físico-geográficas, empezando por la constitución geológica, la hidrografía superficial y subterránea, el relieve y la posición colindante del territorio con la costa noroccidental del país.
En cuanto a la geología, esta cuenca está constituida por rocas margosas y calcáreas muy permeables --estas últimas muy cavernosas--, de edad Mioceno (27 a 20 Ma de antigüedad), las que están rodeadas por rocas más antiguas, de muy diverso origen, poco a medianamente permeables. Los estratos de las rocas del Mioceno en la cuenca yacen subhorizontales, en tanto que en el entorno de las elevaciones estas rocas y las restantes presentan una estructura compleja mucho más deformada.
Tal situación determina que la “cuenca” sea un lugar ideal para la acumulación de aguas subterráneas, ya que el drenaje superficial y subterráneo fluye desde los terrenos colindantes elevados hacia el interior de la cuenca, que tiene como única salida el valle de Güines, al suroeste. Según los estudios realizados las aguas subterráneas son dulces, hidrocarbonatadas cálcicas, alojadas en calizas muy porosas. Es interesante que la superficie de las aguas subterráneas, en época de lluvia yace a poca profundidad, de manera que aflora a la superficie formando varios lagunatos dispersos por la cuenca. Este es un factor térmico importante, pues el exceso de humedad del suelo y la presencia cercana de las aguas subterráneas frías, favorecen la conservación de las temperaturas bajas en las condiciones adecuadas, como veremos más adelante.
Otro componente muy importante del paisaje, que juega un papel fundamental en el microclima local, es el relieve. La cuenca Jaruco-Aguacate se puede idealizar como una cazuela poco profunda, rodeada de elevaciones por casi todos sus contornos. En el mapa satelital (Fig. 1) el color verde oscuro representa los terrenos elevados y los tonos verde claro-rosado claro a la llanura más baja suavemente ondulada. La cuenca está delimitada por una línea quebrada amarilla que se abre hacia Santa Cruz del Norte y hacia Güines. Desde el punto de vista geomorfológico la cuenca Jaruco-Aguacate es una llanura intramontana, situada al nivel de las cotas de 80 a 90 metros sobre el nivel del mar, en cuyo interior aparecen pequeñas colinas aisladas y depresiones cársticas y bocas de cavernas. Las elevaciones que la rodean se alzan a 90 y más metros de altura, formando crestas y valles alargados con diversos rumbos.
Un elemento fundamental es el río Santa Cruz del Norte, que corta las alturas situadas al norte de la cuenca, y cuya erosión ha formado un cauce profundo y una planicie aluvial donde actualmente está ubicada la ciudad de Santa Cruz del Norte, la fábrica de licores y el central Camilo Cienfuegos. Toda esta zona deprimida es la puerta de entrada de los vientos que soplan desde el mar, durante el avance de los frentes fríos desde el noroeste.
Para visualizar este fenómeno es necesario referirnos a la dinámica de los vientos que soplan después del paso del frente frío. Durante estos eventos, la cuña de aire gélido, más pesada, en su avance hacia el sureste, se coloca por debajo de las masas de aire caliente que encuentra en estas latitudes. Después que llega el frente frío, comienza la influencia del anticiclón continental migratorio, que es la masa de aire frío, bien sea de procedencia ártica o polar, que condiciona las bajas temperaturas.
Gracias a esta combinación de factores geográfico y eólico, los vientos fríos que soplan a baja altura encuentran un corredor por donde avanzar hacia el sur por el cauce del río Santa Cruz y del arroyo Cotilla, y sobre el plano aluvial, de manera que se introducen en la cuenca Jaruco-Aguacate. Las flechas rojas en los mapas de la figura 1 ilustran el derrotero de las corrientes principales de aire, que en parte quedan atrapadas en la cuenca bajo las masas de aire más cálidas (o menos frías), y en parte pueden llegar a desplazarse hasta la costa sur por el valle de Guines.
Entonces las temperaturas extremadamente bajas que ocurren en el valle intramontano pueden explicarse como consecuencia de que las masas de aire frío quedan atrapadas dentro de la cuenca tipo “casuela”, se acumulan sobre la superficie de un suelo húmedo y aguas frías a poca profundidad, que limitan el calentamiento del aire, de manera que todo el conjunto funciona como un termo.
Las temperaturas mínimas más bajas se producen a menudo dos o tres días después de que la influencia de la masa de aire frío está actuando sobre el país, usualmente cuando los vientos se calman y las masas de aire frío se estancan sobre el territorio; en nuestro caso, dentro de la cuenca de Jaruco-Aguacate, alejada del mar.
Todos estos elementos se combinan en forma favorable cuando hay noches con poca nubosidad o cielo despejado, y con vientos débiles o en calma. Entonces, el aire sobre la superficie de la cuenca se enfría rápidamente por irradiación y trae como resultado esas temperaturas mínimas extremas, que ocurren antes de la salida del sol.