Uno de los fenómenos más frecuentes en esta época del año son las tormentas eléctricas, las que prácticamente ocurren en cada tarde de verano. Estas son responsables de la mayor cantidad de muertes anuales por fenómenos naturales en Cuba.
Hoy en día existen diversos métodos para la detección de las descargas eléctricas. Uno de ellos se basa en las variaciones en el campo electromagnético que producen las descargas eléctricas, el cual es detectado por al menos tres sensores de una red, lo que permiten ubicar el punto aproximado de la descarga, así como la intensidad y el tipo de descarga: nube-tierra (ascendente o descendente) o nube-nube.
La exactitud de los datos dependerá la cantidad de sensores cercanos a donde “caiga el rayo” y por supuesto en las vastas zonas oceánicas, se dificulta la detección.
El otro sistema se encuentra a bordo de los satélites GOES. Estos, como hemos mencionado en otras ocasiones, orbitan la tierra a casi 36 000 kilómetros de altura “girando junto a la Tierra”, de manera tal que observan la misma cara del planeta constantemente. Se denomina Mapeador Geoestacionario de Relámpagos (GLM por sus siglas en inglés) y es capaz de a esa tremenda distancia de ver los “destellos” de los relámpagos dentro de las nubes. Entre sus limitaciones están que no puede determinar el tipo de descarga de la misma forma que los sensores terrestres, solo la frecuencia y ubicación. Además muestran los datos con menos exactitud espacial, ya que los muestran en cuadrículas de 10 por 10 kilómetros. En la siguiente imagen podemos ver este sistema mientras que es ensamblado en tierra.
En ocasiones, el sensor GLM es “engañado” por algunos fenómenos que generan destellos de corta duración en la atmósfera, como es el caso de algunos meteoros. Por ejemplo, aquel que se avistó en el oriente cubano en marzo de 2021. Aparece en la imagen como una marca de color verde, que indica la presencia de un “relámpago” aislado, ocurrido en una zona desprovista de nubosidad.
Protegernos del peligro
Siempre que se escuche un trueno, si está al aire libre protéjase dentro de una edificación, nunca bajo un árbol o en estructuras abiertas. Salga del agua si está en la playa y evite el contacto con estructuras metálicas y mucho menos con equipos electrodomésticos y teléfonos. Midiendo el tiempo entre el relámpago (destello) y el trueno (estruendo) es posible estimar la distancia a la que ha caído el rayo, aproximadamente un kilómetro por cada 3 segundos.
En esta época, lo más recomendable es la desconexión de la red eléctrica y telefónica de los equipos ante tormentas eléctricas.
Algunas personas se confían en los protectores de voltaje para estos equipos, los cuales usualmente están pensados para protegerlos cuando esté fuera del rango para el que están diseñados. Sin embargo, ante la caída de una descarga eléctrica en la red, muy pocos ofrecen la protección necesaria, por la intensidad de dicha corriente y la rapidez con que esta varía.
Simplemente con un poco de lógica podemos notar la poca efectividad de este método: si el rayo es capaz de viajar por el aire (que recordemos que no es conductor de la corriente) por metros y hasta kilómetros, fácilmente puede vencer los pocos milímetros que separan las terminales de interruptores de este tipo.
Aunque, incluso, con los equipos desconectados pueden ocurrir afectaciones a los mismos, si la intensidad de la descarga es grande y cae muy cerca del lugar.
El rayo, como toda corriente eléctrica, induce un campo magnético que, a su vez, puede inducir corrientes en conductores y partes eléctricas de ciertos equipos y a su vez afectarlos, sobre todo a aquellos muy sensibles como módems y equipos telefónicos. Algunas personas describen que ante la caída cercana de un rayo han visto encenderse luces en el interior de edificaciones, bien por este fenómeno o por el que mencionamos en el párrafo anterior.
Lo cierto es que, si bien los rayos pueden ser detectados y rastreados por diversos métodos, incluyendo los satélites meteorológicos, lo que ayuda a los meteorólogos a predecir las afectación poertormentas eléctricas y a alertar a las personas sobre posibles peligros, la adopción de estas medidas sencillas es indispensable para preservar vidas.