Siempre con el avance de la temporada estival, incluso en pleno mes de julio, los cubanos comienzan a inquietarse sobre cuando llegará el primer frente frío, sinónimo del fin de la racha de calor que nos acompaña en esas fechas.
Y por supuesto, tras la llegada de “la primera avanzada invernal” algunos aprovechan para lucir sus prendas invernales, aun cuando sean algo excesivas para las temperaturas que le suceden a estos sistemas.
En Cuba frente frío es sinónimo de condiciones invernales y cuando se avizora la llegada de alguno muchos preguntan ¿Qué tan “fuerte” será?, buscando conocer cuánto descenderán las temperaturas a su paso.
Sin embargo, en nuestro país estos sistemas se clasifican en función de los cambios que producen en el viento, tanto en fuerza como en dirección, como conversamos en una entrega anterior de Ráfaga 340. Esto se relaciona con que el cambio y los efectos de las temperaturas al paso de un frente frío en nuestras latitudes no son tan significativos como en zonas más cercanas a los polos o con características de continentalidad.
La masa de aire es la que influye
El frente frío es solo el borde delantero de una masa de aire que se desplaza sobre una superficie más caliente que ella, es decir, un término relativo. Qué tanto desciendan las temperaturas solo se relaciona con qué tan fría sea la masa de aire que comienza a imperar al paso de un frente frío.
Si una masa de aire se mantiene en una zona determinada por un tiempo prolongado adquirirá las características del lugar, que se puede traducir en masas de aire secas o húmedas, frías o calientes, de origen continental u oceánico. Las masas de aire en su avance sufren transformaciones, debido a procesos que ocurren dentro de ellas mismas y de su interacción con el ambiente en que se desplazan, mezclándose sus características iniciales con las de aquellas zonas con las cuales interactúan. Por tanto, una masa de aire de origen polar o ártico será mucho más fría y seca y mantendrá por más tiempo estas bajas temperaturas, aun cuando se mueva por un ambiente más cálido y húmedo, como puede ser el golfo de México.
En el caso de que la diferencia entre la masa “visitante” y la “anfitriona” sea menos notable, al punto que la primera llegue a adquirir características similares a la segunda, pues esta frontera desaparece y el frente frío se disipa, manteniéndose en algunas ocasiones solo una vaguada.
Qué tan fuerte sea el contraste térmico a ambos lados del frente no determina que hayan más o menos lluvias a su paso, ni que lo que venga detrás sea “más fuerte”, hablando en términos de bajas temperaturas.
Para que se impongan y permanezcan condiciones invernales marcadas, es necesario, además de qué tan fría sea la masa de aire imperante, que el aire frío nos llegue de la manera más directa. Cuba al estar rodeada por el mar queda “protegida” de temperaturas gélidas, pues el contenido de calor del mismo influye, modificando ligeramente las temperaturas; ello no ocurre sobre el continente, pues la tierra se enfría rápidamente. En ocasiones los vientos soplan directamente desde el norte trayendo al aire frío a través de la península de la Florida, por lo que llega menos modificado a Cuba, y cruza la pequeña distancia que separa ambas masas terrestres. Esta distancia es pequeña cuando lo comparamos con los cientos de kilómetros que habitualmente recorre cruzando a través del golfo de México.
Eso sí, los procesos y mecanismos que producen las noches notablemente frías no son siempre los mismos para las distintas regiones de Cuba, motivo este por el cual las montañas cubanas no son los puntos más fríos en el invierno. Condiciones específicas, incluso, pueden dar lugar a que puntos en la llanura Habana-Matanzas registren valores más bajos que los que reporten en esa misma fecha localidades del sur de los Estados Unidos, ubicadas mucho más al norte.
En ocasiones se mencionan términos como “refuerzo de las condiciones invernales”, que responde a otro frente frío (secundario) que llega dentro de la misma masa de aire, y que existe porque detrás de este hay un aire más frío que el que está por delante, tanto así como para que se forme esta frontera. Estos normalmente no producen lluvias significativas, por las temperaturas algo frías y baja humedad que hay a ambos lados de esta línea.