Va cerrando el mes de octubre, afortunadamente con “sequía ciclónica" en el área del Caribe como podemos ver en las trayectorias de los sistemas, con solo tres formados en este periodo: la tormenta tropical Sean, el huracán Tammy y la depresión tropical Veintiuno, los dos primeros en el Atlántico y solamente el último en el Caribe.
Tammy, curiosamente, perdió sus características tropicales por un lapso de 24 horas, aproximadamente, y luego tuvo una “segunda oportunidad”. Por su parte, la depresión tropical Veintiuno tuvo un periodo de vida de solo 18 horas, reafirmando por qué no se tienen en cuenta estos organismos tan débiles en los pronósticos de temporada. Y ya que tocamos el tema, la actual sigue sorprendiendo, con predominio de organismos poco intensos, pero aún no termina.
Vamos abriendo noviembre, un mes de transición donde conviven y coexisten, no siempre pacíficamente, los sistemas de tipo invernal y los organismos tropicales (aunque menos frecuentes), por lo que se hace más habitual la visita de frentes fríos con el consecuente descenso de las temperaturas, todavía no hasta los valores de meses más invernales como enero o febrero.
Es el primer mes del periodo poco lluvioso en Cuba y, por tanto, las precipitaciones disminuyen respecto a los meses precedentes y también los días con lluvias se ven intercalados en periodos sin ellas. Es decir, las lluvias que ocurren están relacionadas a eventos determinados, no al patrón de precipitaciones de verano, en que estas ocurren con una frecuencia a veces diaria.
Un mes con mucho menos ciclones que el “activo septiembre” y el “peligroso octubre”, pero históricamente no exento de eventos tropicales. Como es habitual, el análisis del comportamiento histórico de los ciclones tropicales tendrá su propio espacio en una próxima entrega de esta columna, en la que ya sabemos que nombres como el huracán de Santa Cruz del Sur y Paloma no faltarán.
¿Qué nos depara este noviembre?
Según el pronóstico climático elaborado por el Instituto de Meteorología, el penúltimo mes del año 2023 tendrá un comportamiento cercano a lo normal, tanto en los valores de las temperaturas extremas como en las precipitaciones.
Sin embargo, se prevé el desarrollo y la persistencia de un evento ENOS (El Niño-Oscilación del Sur), que pudiera ser moderado o fuerte. En dicho pronostico climático se menciona: “La mayor influencia de este evento sobre Cuba se produce en el periodo noviembre-abril, con acumulados de precipitaciones por encima de lo normal, en todas las regiones del país. Es de destacar que, de forma general, los mayores acumulados ocurren principalmente entre diciembre y marzo, cuando nuestro clima se hace más lluvioso que lo normal y también en ocasiones más tormentoso. La magnitud del impacto que ocasiona el ENOS depende de la intensidad que llegue a alcanzar, en la medida que transcurre el año.”
De seguro en otra entrega analizaremos las perspectivas climáticas, es decir, el pronóstico para el periodo noviembre-abril y la influencia de este evento en el mismo.