Actividad sísmicaLa Habana, 11 nov. - Cuba mantiene hoy el monitoreo de la actividad sísmica tras una jornada dominical signada por fuertes movimientos telúricos con epicentro en la zona suroriental del país, los dos mayores de magnitud 6.0 y 6.7.

Desde el 25 de mayo de 1992 no ocurría un terremoto de gran magnitud y con afectaciones importantes en el país caribeño, señaló el diario Granma.

En aquel entonces el movimiento telúrico fue de 6.9, localizado en Cabo Cruz, provincia Granma; por lo cual las sacudidas de 6.0 y 6.7 del domingo marcan una pauta en la historia sismológica cubana, explicó al periódico el doctor en Ciencias Bladimir Moreno, presidente del Consejo Científico del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais).

Según el científico, ambos sismos fueron localizados con epicentros muy cercanos al terremoto de magnitud 5.7 en la escala de Richter que afectó a Pilón en febrero de 1976, y es menester acotar que el temblor de 6.7 tiene una longitud de ruptura en la falla tectónica de aproximadamente 35 kilómetros, lo cual implica que se produzcan réplicas a lo largo de esta.

Precisó Moreno que se esperan réplicas durante los próximos meses que deben disminuir en la medida que pase el tiempo; no obstante, se mantiene la vigilancia permanente porque no se descarta la ocurrencia de un sismo de mayor magnitud.

Las réplicas perceptibles han oscilado entre 2.5 y 5.0 en la mencionada escala y los reportes del evento de 6.7 llegaron desde varias provincias.

El epicentro se localizó a 32 kilómetros al sur de Pilón, la localidad más afectada con reportes de daños a edificaciones que se están cuantificando.

Un equipo del Cenais se trasladó hasta la zona para determinar la intensidad, atendiendo a que hay un ciclo de actividad de terremotos fuertes en el Caribe, precisó el investigador.

Históricamente, la región oriental de Cuba registra los mayores y más frecuentes terremotos del país insular y se recuerdan los sismos de 1766 y 1852 con intensidad de nueve grados en la ciudad de Santiago de Cuba, que provocaron la pérdida de vidas humanas y cuantiosos daños materiales.

El Cenais fue creado el 3 de febrero de 1992, a seis décadas del terremoto de magnitud 6.7 que afectó considerablemente a Santiago de Cuba, con el objetivo de monitorear la actividad sísmica en el territorio nacional y zonas aledañas, así como desarrollar investigaciones fundamentales y aplicadas para mitigar el riesgo inherente a tal fenómeno natural.