La Habana. - Cuando se habla de ¨estremecimiento¨ del quehacer del sistema empresarial cubano, la mirada está puesta en la empresa estatal socialista, el principal actor del modelo económico nacional que está destinada a halar al resto, entre ellos a las formas de producción no estatal.
Desde la conceptualización del modelo socialista aprobado en los congresos del Partido, se habla de la necesidad de que la empresa estatal socialista genere una transformación que permita la creación de mayores riquezas como portadora de los principales medios de producción.
De ahí que, en el reciente intercambio de directivos cubanos con el presidente, como parte del diálogo que el Primer Secretario de nuestro Partido sostiene con varios sectores de la sociedad cubana, uno de los reclamos principales fue el de contribuir a romper las trabas que aún están latentes en el sistema empresarial del país que hoy frenan un mayor avance y el desencadenamiento de todas sus potencialidades productivas.
Como punto de partida, para propiciar ese necesario ¨estremecimiento¨ que necesita este sector clave, fueron aprobadas un grupo importante de medidas que flexilibilizan facultades y funciones de la empresa estatal socialista en el camino de estimular una mayor eficiencia y autonomía.
Sin embargo, no todas marchan en su implementación con la misma celeridad. Y tal es así que durante el reciente encuentro con nuestro presidente las principales trabas se localizan en el exceso aún de personal administrativo en detrimento de las bases productivas, la presión que ejercen las OSDE sobre la labor que realizan las empresas duplicando información o distorsionando sus funciones en detrimento de lo que le corresponde al sector empresarial, entre otras.
De la misma manera se evidencia una inadecuada interpretación de cómo implementar las más de cuarenta medidas aprobadas para favorecer el funcionamiento de las empresas, incluso hasta cierto desconocimiento, lo que retrasa el verdadero objetivo de su aprobación que es impulsar y desatar todas las reservas de eficiencia que requiere el país.
En un escenario donde el bloqueo de Estados Unidos ha arreciado y se siente todos los días, no es menos cierto que la búsqueda de soluciones nuevas, en medio de presiones de la principal potencia del mundo para cortar el comercio con nuestro país, tienen que resultar más evidentes, y ello requiere de empresarios de ¨nuevo tipo¨, es decir que sean proactivos, se crezcan e impulsen todas las reservas productivas de cada lugar a partir del contacto y consulta permanentes con su colectivo laboral. Es como dijera Miguel Díaz-Canel no solo resistir, sino avanzar de manera creativa.
La meta es marchar por el camino de la diversificación de las producciones, teniendo como elemento esencial la calidad, que nunca podrá faltar, y eso lleva consigo el ingenio de todos nuestros directivos involucrados en incrementar las ofertas a la población con los recursos que tenemos, potenciar las exportaciones, y los ciclos cerrados de producción para mantener la vitalidad y dar sostenibilidad a todo lo que hacemos.
Hay que trabajar desde los tres pilares que marcan la gestión del gobierno: la comunicación social, la Ciencia y la Innovación y la Informatización, fue algo que igualmente quedó claro en el encuentro y resulta como traje a la medida para cada una de nuestras entidades empresariales.
Las alianzas con la academia, los centros de innovación y los de la producción y los servicios es esencial, particularmente a nivel de territorios donde ninguno se parece al otro, y se expresan de manera concreta las potencialidades para dar respuesta a necesidades propias a nivel local.
“No existe nada más retador para la ciencia y la innovación que esa Visión de la Nación: tener una nación socialista, soberana, próspera y sostenible, demanda innovación e investigación científica en la solución de los problemas de los país”, ha dicho en más de una ocasión el presidente cubano.