La Habana, 8 jun .- Estados Unidos tiene la capacidad de impedir la presencia de Cuba en Los Ángeles, pero no tiene el poder de callar nuestra voz, ni de silenciar la verdad, expresó hoy Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República.
Al dirigirse a la sociedad civil excluida de la IX Cumbre de las Américas, que se desarrolla hasta el venidero 10 de junio con participación discriminatoria e insuficiente representación regional, señaló que se reafirma la incapacidad de la administración norteamericana para entender a sus vecinos.
El mandatario dijo que en el caso de la mayor de las Antillas la exclusión no fue solo contra el gobierno, sino también contra los representantes de la sociedad civil y los actores sociales, incluidos los jóvenes.
Cambió Cuba, cambió Nuestra América, pero el imperio no cambia, subrayó Díaz-Canel.
El Jefe de Estado afirmó que se conoce el repudio de los gobiernos de la región a la selectividad oportunista, así como la clara y firme posición asumida por varios de ellos, junto a las notables ausencias a la cita en señal de rechazo.
Las exclusiones se dirigieron contra la América Latina que llama las cosas por su nombre y no pide permiso para ejercer sus soberanos derechos, manifestó Díaz-Canel, y declaró el orgullo que representa para la Isla encabezar esa lista junto a los líderes de Venezuela y Nicaragua.
Añadió que en la agenda de la IX Cumbre se evidencia la incomprensión sobre las realidades de una región con identidad propia, cuyos pueblos tienen ansias de justicia, sufren el subdesarrollo y la desigualdad, y no soportan el robo de sus riquezas naturales y la explotación de sus trabajadores.
En el caso de Cuba apuntó que el gobierno estadounidense estimula la emigración irregular y mantiene una política de guerra económica dirigida a deprimir el nivel de vida de la población, sobre lo cual no se prevé una discusión a fondo ni un resultado efectivo.
Agregó que tampoco se espera en esa cita un debate productivo sobre la transferencia de tecnología, tan necesaria para el desarrollo del área.
En relación a la supuesta defensa de la democracia, que engañosamente equiparan en la Cumbre con la promoción del capitalismo, el Presidente comentó que nada en la historia pasada y reciente de Estados Unidos demuestra que esa democracia o el respeto a los derechos humanos sean prioridades de su política exterior.
Detalló que en el encuentro en Los Ángeles no se tratarán los intentos de sabotear la voluntad popular y a los gobiernos electos con el respaldo de los humildes, no se profundizará en las razones por las cuales Estados Unidos y Latinoamérica están entre las zonas más perjudicadas por la COVID-19, ni se propondrán acciones prácticas contra el racismo, a favor de los derechos de la mujer y los niños, y para paliar la situación de los migrantes.
El progresivo cambio climático y los desastres naturales también quedarán sin medidas efectivas, al igual que el problema del terrorismo y su manipulación con fines políticos, el derecho argentino sobre las Malvinas, y de Puerto Rico a su independencia, aseguró.
Díaz-Canel significó que en los documentos a aprobar no habrá pronunciamiento contra las medidas económicas coercitivas unilaterales y su uso como arma de presión política, ni se ratificará el reclamo unánime de poner fin al bloqueo económico criminal que sufre el pueblo cubano desde hace 63 años.
Sin embargo, no se podrá silenciar la voz de Cuba, ni la solidaridad con la Isla; el repudio al cerco imperial se escuchará, afirmó.
Llamó a la imprescindible comunicación e interacción interamericana, a través de espacios de diálogo y cooperación entre los que habitan al sur del río Bravo y las naciones del norte, y reafirmó el apego a la defensa de la soberanía, la independencia y la autodeterminación.
El mandatario cubano resaltó que desde hoy y hasta el día 10 sesiona también en Los Ángeles una Cumbre de los Pueblos, un escenario de debate y confrontación de ideas, con una agenda amplia y apegada a las inquietudes más urgentes de la región, y la participación de organizaciones sociales, sindicatos, grupos juveniles, asociaciones comunitarias y personas con profunda conciencia social.
Todo anuncia que allí ocurrirá el verdadero evento político trascendental y es en ese en el que lamentamos la imposibilidad de tener una participación presencial significativa, concluyó.
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