El Comandante en Jefe lideró el proceso revolucionario de Cuba y convirtió el país en el primer socialista de occidente.
Rechazó cualquier manifestación de culto a la personalidad, sin embargo, los cubanos y el mundo recuerdan su legado, ponen en práctica sus ideas y sienten la necesidad de su presencia en cada lucha por el socialismo próspero y sostenible.
Sus amigos cercanos reconocían que poseía la extraordinaria capacidad de viajar al futuro, regresar y explicarlo.
Avizoró el 12 de junio de 1992, en Río de Janeiro, que “una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo”.
El realizador audiovisual Roberto Chile afirmó a Prensa Latina que Fidel Castro está en el espíritu de cubanos, latinoamericanos y de muchas personas en el mundo, y que en los momentos más difíciles, el pueblo dice: «Ojalá tuviéramos a Fidel».
El escritor Gabriel García Márquez dijo en una ocasión que su gran amigo «ocupa todo el espacio», refiriéndose al hombre “de costumbres austeras e ilusiones insaciables, de palabras cautelosas y modales tenues e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal”.
Para el escritor y teólogo brasileño Frei Betto, Fidel Castro ha sido un sembrador, y las semillas de su esperanza liberadora han fructificado en el pueblo cubano y en su resistencia al criminal bloqueo de Estados Unidos.
Además, remarcó que conquistó algo que ningún país del continente ha logrado: soberanía e independencia ante el imperio estadounidense.
El intelectual Ignacio Ramonet precisó tras el fallecimiento del líder cubano, el 25 de noviembre de 2016, que él “representa una generación de gigantes que ya no hay”, y acotó que sus seguidores “tenemos que tratar de imitarlo en todo lo que era, en su dimensión excepcional, en su exigencia ética de la vida, en su sentido de la dignidad y la rebeldía”.
El líder cubano quiso que una vez fallecido, su nombre y su figura nunca fueran utilizados para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles u otros sitios públicos ni a erigir en su memoria monumentos, bustos, estatuas y otras formas similares de tributo.
Era una decisión de mucho respeto y comprensión, pero el pueblo que ama y extraña su obra quería tener un espacio para estudiarla, recordarla y volver a ella.
Por ese motivo surgió el Centro Fidel Castro, respaldado en la decisión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) y la Ley No. 123 «Sobre el uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz», la cual autorizó, por excepción, el empleo de este para denominar la institución que tiene el objetivo de estudiar y difundir el pensamiento y la vida del hombre que ubicó a Cuba a escala universal. Educó a la mayor de las Antillas en valores como la solidaridad, el sentido del deber, la organización, y la disciplina; y encabezó la Revolución socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes, que se convirtió en un símbolo de la lucha antimperialista, anticolonialista y antiapartheid por la liberación de los pueblos.
Fidel Castro es Cuba, paz y victoria segura. Es entrega total a las causas justas, con amor y dignidad; y es la inspiración de una revolución que continúa siendo con todos y para el bien de todos.