Recuerdo que desde el 2000, cuando me desempeñaba al frente de Divulgación Nacional del Ministerio del Interior (Minint), fue el Benny -como acostumbrábamos a llamarle no solo por sus adiciones al lajero, figura insignia de nuestra música popular, sino también por sus aptitudes para el desempeño bailable como buen criollo retinto- quien entre los jefes de Direcciones me insistió en darle difusión a todas las celebraciones no solo de ese día, sino también las del mes de mayo por el aniversario de la catástrofe de la Ferretería Isasi.
Ese aciago hecho aconteció en la noche del sábado 17 de mayo de 1890 cuando se produjo allí un incendio, conceptuado como la mayor catástrofe de la época. El desconocimiento de los volúmenes y cantidades de sustancias acumuladas en el lugar y la negativa del dueño de ofrecer la información precisa, provocó que mientras intentaban sofocar el siniestro ocurrieran varias explosiones.
Perdieron la vida 17 bomberos del Comercio, ocho municipales, uno de la Armada, cuatro agentes del orden público y ocho ciudadanos que estaban como espectadores, además, hubo una gran cantidad de heridos.
Una de las mayores demostraciones de duelo registradas en esos años fue el sepelio de las víctimas. Siete años más tarde fue inaugurado en el Cementerio de Colón, el Mausoleo a la memoria de los bomberos, que es el panteón más alto de la necrópolis y que hoy en día representa la cripta de todos los combatientes del Minint.
Allí reposan también los épicos restos del Coronel que por más tiempo, 20 y tantos años ininterrumpidamente, mantuvo la dirección de ese órgano.
Todos los 17 de mayo, en La Habana se realizan dos peregrinaciones: una a la esquina de Mercaderes y Lamparilla; y la otra, al Cementerio de Colón.
Rafoso tampoco faltó nunca a la organización de cada una de esas memorables fechas, señal de su incomparable espíritu de cuerpo con esos combatientes del Minint a quienes no por gusto logró preconizarles un sitial reconocido, casi al mismo nivel entre las otras importantes direcciones del Ministerio del Interior.
En 2001 propusimos dedicarle a esos abnegados hombres un serial en el horario estelar de la novela en la televisión cubana, denominado Hombres de fuego, cosa que resultaba inédita para ese entonces.
Pues se empeñó en primera persona para facilitarnos los mejores sets, las filmaciones en las principales locaciones externas e internas, y ofreció sus valorables experiencias para mejorar los guiones y otras muchas acciones prácticas que coadyuvaron al éxito de la telenovela. En 2016 el aniversario tuvo lugar en el teatro Ciro Redondo, que forma parte desde los primeros años de la Revolución del Comando 1 del Cuerpo de Bomberos, ubicado en la Habana Vieja.
Ese coliseo tenía un gran reconocimiento antes del triunfo de la Revolución, incluso allí ensayaban la agrupación musical Anacaona y otros grupos de la época, así como se estrenaron múltiples obras de teatro y se proyectaron películas.
También en ese escenario hubo puestas en escenas de grupos danzarios asesorados por Cristi Domínguez y diversos festivales culturales. La instalación gozó de gran influencia comunitaria. En 1959 se le dio el nombre de Ciro Redondo. Sin embargo, la instalación se fue deteriorando al extremo de convertirse en ruinas, y permaneció así durante los últimos 40 años. Reabrió sus puertas después de un arduo trabajo de reconstrucción, embellecimiento y modernización tecnológica, y por ello sirvió de sede para el 320 aniversario del Cuerpo de Bomberos.
Cuánto el Rafa hubiera disfrutado esta conmemoración, análogas de cuantas él cultivó, y dieron sus frutos en las nuevas generaciones encargadas de continuar su obra, para que no pasaran inadvertidos estos reconocimientos.
Por ello hoy no puede faltarnos la gratitud a quien todo lo dio en ese empeño, no solo por estar presente en la primera línea como máximo responsable de una de las profesiones menos consideradas y en ocasiones hasta algo ninguneadas, muy a pesar de constituir de las más peligrosas y épicas en cualquiera de sus modalidades, dígase extinción de incendios, salvamento o rescate.
Es que el coronel Bienvenido Rafoso Bartolomé se destacó siempre en la ordenación de estas conmemoraciones y mantuvo así enhiesta la tradición de esos incomparables y modestos combatientes.