La Habana, 5 ago (Prensa Latina) Cualquier lugar era perfecto para que el Comandante en Jefe, Fidel Castro, informara y esclareciera las dudas al pueblo, siempre con esa mágica didáctica que lo caracterizaba, y lo convertía en un comunicador de excelencia.
Corrían los primeros años de la Revolución y la imagen de uno los procesos sociales más importante del siglo pasado en el hemisferio occidental era, y sigue siendo, blanco de continuos ataques con las ya gastadas, pero utilizables armas del descrédito y la manipulación. De ahí que una de las prioridades del líder histórico de la Revolución cubana fue promover que los habitantes de la isla estuviesen los más informados posible.
Alguien dijo que ser reportero es algo más que figurar en la nómina de un periódico o hacer una crónica; es en realidad contar con un amplio sentido de la vida, de la historia; es pasión y el deseo casi obligatorio de expresar una idea a la humanidad y así fue el Fidel periodista que todos conocimos.
No fueron pocas las veces que visitó los medios de prensa cubanos, y existen muchas anécdotas al respecto.
Tras arduas jornadas de trabajo, el líder histórico de la Revolución sacaba ese extra que lo caracterizó, para hacer acto de presencia en varias ocasiones en el diario Granma.
Allí, a altas horas de la noche o entrada la madrugada, junto a su colectivo, escuchaba opiniones y exponía ideas.
Le concedió importancia al ejercicio periodístico para argumentar sus razones, explicar fundamentos y estrategias, y así lograr la movilización consciente del pueblo.
A través de la pantalla chica libró una de las campañas mediáticas más importante del país en el contexto de la Operación Verdad, la cual —con la presencia de cerca de 380 periodistas de Estados Unidos y Latinoamérica— sirvió para dar a conocer al mundo el carácter humanista del proyecto revolucionario.
Fue desde la televisión donde se enfrentó a las calumnias de la prensa internacional, referidas a la justicia revolucionaria.
Vimos a Fidel Castro en el espacio radiotelevisado Mesa Redonda y en otras intervenciones especiales.
Desde ese medio también hizo un periodismo dinámico, veraz y esclarecedor, y lo demostró cuando explicó a la teleaudiencia la importancia de llevar adelante una Revolución Energética en el país.
Luego, cuando la salud melló la fortaleza física del infatigable revolucionario, Fidel se convirtió en un soldado de las ideas, y el mundo supo de sus inquietudes y anhelos a través de sus conocidas Reflexiones, materiales de amplio alcance e impacto en la isla y el mundo.
En sus escritos abordó la importancia de la historia para los pueblos, el peligro de las armas nucleares, la necesidad de producir más alimentos que cañones, y recalcó, entre otros temas, la defensa de la integración latinoamericana.
El periodismo se hizo patente en Fidel, quien supo combinar: ser un estadista de altos quilates y el gran comunicador que fue.