La Habana, 10 abr. - Los círculos infantiles en Cuba cumplen hoy 63 años de su fundación, una iniciativa impulsada por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, para garantizar la incorporación plena de las mujeres a la vida laboral.
Estos centros, que acogen a niños de la primera infancia, son una de las obras más nobles e imperecederas de la Revolución y contribuyen a la formación integral de los pequeños de casa, creando hábitos, costumbres y normas de conducta que refuerzan la educación del hogar.
La heroína Vilma Espín fue la encargada de organizar su creación teniendo en cuenta las actividades docentes, pedagógicas, acorde a cada edad, así como propiciando su desarrollo integral y multifacético, además de la socialización tan importante para la formación en las edades tempranas.
Hasta que triunfa la Revolución, el 1 de enero de 1959, en la isla solo existían asilos para niños en situación de desventaja social y la Casa de Beneficencia, en la que se depositaban hijos de madres solteras, huérfanos y abandonados, sin condiciones para el desarrollo sano, físico y mental de los niños, según detalles históricos.
Como obra genuina de la Revolución, estas instituciones llegaron para quedarse desde ese 10 abril de 1961 hasta nuestros días, y mucho hay que agradecerles, porque a pesar de los duros momentos vividos en la nación caribeña no han cerrado sus puertas y todo su personal se esmera para educar a los niños con todo el amor y profesionalismo que ello implica.