En Cuba, desde que triunfó la Revolución en 1959, la atención a los más pequeños ha sido una prioridad que no ha perdido importancia ni en los tiempos más difíciles, al cumplirse con rigor el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), que cuida la criatura desde el vientre de la madre.
Esto se patentiza aún más en medio de la batalla contra la COVID-19, pandemia que azota al planeta desde finales de 2019 e introducida en Cuba el 11 de marzo de 2020.
Pocos días después, el 24 del propio mes, las instituciones de todos los niveles de enseñanza cesarían sus actividades docentes para evitar el contagio y poner en salvaguarda la vida de niños ante el peligro de la nueva enfermedad que se caracteriza por su alta contagiosidad y letalidad.
En dicho contexto, el Sistema Nacional de Salud de Cuba no detuvo sus protocolos en relación con la atención a los más pequeños, y ejemplo de ello fue la inmunización contra 13 enfermedades prevenibles por vacunas.
En Cuba antes se estableció un protocolo específico para atender a pacientes en edad pediátrica diagnosticados con el virus del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.
Hasta el 30 de marzo, de los ocho mil 971 infantes confirmados positivos en edad pediátrica (menores de 18 años), se mantenían activos con la enfermedad 627 y el 93% estaba recuperado.
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Por la atención esmerada que reciben lactantes, niños y jóvenes, hasta ahora no se han lamentado pérdidas de vidas humanas en ese grupo etario, según informó el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública.
Aunque es alarmante la cantidad de lactantes que se contagian por irresponsabilidad de padres y familiares, y ya suman casi 500 menores de un año infectados por ese coronavirus que afecta a 190 naciones y 29 territorios en el planeta.
Resulta fundamental que la mujer embarazada interiorice que para evitar el contagio y proteger al bebé es de vital importancia la autorresponsabilidad con las medidas de bioseguridad adoptadas, pues no se puede cargar toda la responsabilidad al Estado y a las autoridades sanitarias.
La familia, los amigos, los vecinos tienen que extremar medidas ante los menores y es a ellos a quienes se debe exigir con rigor.
ATENCION A LAS EMBARAZADAS
Pese a la situación epidemiológica que enfrenta la Isla, el PAMI garantiza a todas sus gestantes la atención prenatal y se mantiene el seguimiento, extremando la prevención ante el virus, tanto para pacientes como para los trabajadores de la salud.
En diálogo con la Agencia Cubana de Noticias, la doctora Noemí Doris Causa Palma, directora del PAMI, declaró que lo establecido metodológicamente para la Atención Prenatal son 10 consultas durante todo el embarazo.
Pero si se determina que la gestante presenta un elevado riesgo estas se incrementan en frecuencia, y se les garantiza que sean vistas por especialistas de la Atención Primaria y Secundaria de Salud.
Al referirse al cuidado que se ofrece a las gestantes hipertensas, diabéticas o con otros riesgos, explicó que el seguimiento es el determinado en la guía de actuación vigente y los protocolos de trabajo, y una vez diagnosticado el embarazo se establecen consultas especializadas en los hospitales provinciales por expertos dedicados al tratamiento de esas afecciones.
En el caso que una embarazada sea contagiada con la COVID-19, la atención de la paciente obstétrica y puérpera está enmarcada en el protocolo nacional para la prevención, atención y seguimiento de los pacientes con esa enfermedad, refirió la funcionaria del Ministerio de Salud Pública.
Hasta el momento no hay evidencia de la posible transmisión vertical madre –hijo en el tercer trimestre; y en cuanto a las complicaciones fetales los datos recogidos no prueban un mayor riesgo de aborto en gestantes con el virus del SARS-CoV-2, causante de esa enfermedad.
Tampoco existe certeza de transmisión intrauterina, es poco probable que la infección por la COVID-19 produzca defectos congénitos en el feto, esclareció la experta.
Cuba posee 132 hogares maternos y las pacientes de mayor riesgo se concentran en los ubicados en las cabeceras provinciales, por su cercanía a los hospitales de referencia para la atención al recién nacido muy bajo peso, menor de mil 500 gramos.
Los hogares maternos siguen funcionando y mantienen todas sus actividades para garantizar la atención de las embarazadas; no obstante, se han emitido regulaciones sanitarias dirigidas a reforzar la prevención y con ello evitar el contagio.
En medio de la crisis generada por la pandemia y del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impone a Cuba se garantiza la alimentación adecuada en las instituciones del programa materno infantil, refirió la doctora Causa Palma.
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La Antilla Mayor labora intensamente en la atención a todas las gestantes, no sólo en la búsqueda de los defectos congénitos mediante el diagnóstico prenatal, sino también en la educación a la población sobre hasta dónde la COVID-19 impacta en las embarazadas, en las cuales se observa que cuando contraen el virus evolucionan con rapidez hacia formas graves.
Según la Organización Mundial de la Salud son más propensas a sufrir complicaciones graves las que padecen diabetes, hipertensión arterial crónica, o las de mayor edad o con sobrepeso.
Indagaciones refieren que a largo plazo ese coronavirus podría generar secuelas en los primeros años de vida, de ahí la relevancia de la autorresponsabilidad de la gestante para con su salud y la de su hijo.
Constantemente el doctor Durán reitera que la protección y educación de los niños en el actual contexto epidemiológico debe constituir en todas las familias la garantía de un crecimiento sano y responsable de los infantes a partir de conductas consecuentes con la necesidad del aislamiento social preventivo.
Los científicos cubanos desde hace un año están inmersos en el desarrollo de vacunas contra la COVID-19 y se espera detener o controlar el progreso de la enfermedad con los cinco candidatos vacunales, dos de ellos Soberana 02 y Abdala ya en fase tres de ensayo clínico con notables resultados.
Hasta que no se logre la cobertura de vacunación del 80 % de los habitantes en el país el riesgo de contagio continuará latente, de ahí que toda la población, incluyendo al personal de salud que participa en el ensayo clínico de Soberana 02 y Abdala, debe seguir cuidándose y manteniendo las medidas implementadas hace más de 12 meses.