Con el aumento de la incidencia de la COVID-19 en todo el territorio nacional, también ha incrementado el número de embarazadas y puérperas con SARS-CoV-2, lo cual ha hecho saltar las alarmas del Sistema Nacional de Salud.
Desde la entrada del virus al país hasta el 31 de diciembre de 2020 se habían atendido 110 gestantes y puérperas con la enfermedad; sin embargo, en lo que va del presente año, la cifra aumentó a más de 700, con una mayor prevalencia en la infección por la vía del contacto directo con casos positivos en la comunidad.
En cuanto a la morbilidad, en 2020 solamente una paciente fue reportada como grave, mientras que en estos últimos cuatro meses la cifra llega a 15, y dentro del grupo, ha habido tres críticas y una muerte materna.
La doctora Mercedes Piloto Padrón, especialista del Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), explicó que las mujeres embarazadas y puérperas constituyen una población de riesgo porque tienen una susceptibilidad importante por los cambios en su anatomía y su fisiología, que la hacen ser más susceptible y, por tanto, son más propensas a desarrollar complicaciones.
Refirió que algunas de estas pacientes llegaron en una condición de grave o crítica a las instituciones de salud y, por tanto, fueron tardíamente a recibir atención médica, por lo que es necesario, ante cualquier sintomatología respiratoria, acudir al médico.
En nuestros protocolos hay un especial énfasis en la atención a la población materno infantil, con sus especificidades que van desde la prevención hasta el tratamiento y el manejo de las convalecientes en la atención primaria de salud.
Del mismo modo también se han reportado un total de 19 partos con mujeres que han estado positivas a esta enfermedad, y de ellos, 10 han sido por cesáreas y nueve por parto natural.
La operación cesárea para la terminación de un embarazo, señaló Piloto Padrón, se realiza por indicación desde el punto de vista ginecobstétrico, no por las afectaciones relacionadas por la COVID-19, a no ser que la paciente manifieste un empeoramiento y se tenga que terminar el embarazo por una vía más rápida.
A decir de la especialista no hay evidencia científica de que haya una transmisión vertical de madre a hijo durante el embarazo y detalló, además, que la lactancia materna no se suspende, sino que se toman medidas sanitarias para evitar transmitir el virus al bebé.
La también presidenta de la Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia hizo un llamado a incrementar la prevención con las mismas medidas orientadas a toda la población: higiene personal, el distanciamiento social, evitar las salidas innecesarias del hogar, así como el uso correcto del nasobuco.
Ante la situación epidemiológica que enfrenta Cuba por el SARS-CoV-2, el Sistema de Salud Pública mantiene una especial atención a las gestantes y les garantiza la atención prenatal como está establecido en el país.
Vea además: