La Habana, 15 sep - Justo Reinaldo Fabelo Roche, jefe del departamento de Investigaciones en adicciones de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, alertó hoy sobre la tendencia al incremento del consumo de sustancias psicoactivas y otras prácticas adictivas durante la pandemia de COVID-19.
Al intervenir en la habitual conferencia de prensa sobre la situación epidemiológica en Cuba, el especialista explicó que en los primeros seis meses de la presencia del virus (SARS-CoV-2, causante de la COVID-19) en el país hubo una disminución relativa, pero luego de septiembre de 2020 la situación se revirtió, escenario que se mantiene hasta la fecha.
Esto se puede deber, dijo, a que al principio había una mayor percepción de riesgo, más consolidada, y luego se fue debilitando, sobre todo en las personas que usan este tipo de sustancias.
En el caso de la mayor de las Antillas, las más empleadas son el alcohol, el tabaco, el café -más aceptadas socialmente- y generalmente en los jóvenes, las químicas, el cannabis y los medicamentos anticonvulsionantes y opioides, los cuales se suelen mezclar con alcohol y energizantes, señaló.
Explicó que durante la pandemia la atención a esta problemática ha sido compleja pues debido a las medidas higiénico-sanitarias se han cerrado o limitado las actividades grupales o colectivas.
Fabelo Roche acotó que los grupos de autoayuda han disminuido su expresión, no obstante, los departamentos comunitarios de salud mental que existen en cada municipio y las consultas especializadas se han mantenido, recibiendo casos puntuales y explotando la telemedicina y telepsicología.
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El incremento del uso indebido de drogas es algo que se esperaba para un tiempo como este, pues ante situaciones críticas los niveles de estrés y tensiones que se producen provocan que las personas intenten evadirlos a partir de algún recurso, aunque lo ideal ante escenarios como este, expresó, sería extremar las medidas de protección e intentar asumir algunas actividades gratificantes que puedan atenuar la situación.
Entre las adicciones conductuales, como era de esperar por el llamado a mantener el distanciamiento físico, se encuentra la vinculada a la tecnología, la cual crece también en este contexto, afirmó.
El especialista se refirió a las tecnoadicciones, las cuales tienen que ver con el abuso en el empleo de redes sociales, la telefonía móvil y comportamientos vinculados a las redes, las cuales provocan una conducta compulsiva, generalmente en adolescentes y jóvenes.
Destacó que la Organización Mundial de la Salud ha estado hablando también de la infodemia como una pandemia secundaria a la COVID-19, ya que la tendencia a la búsqueda de información constante ha marcado también algunos comportamientos de este tipo.
Ante las tensiones de la pandemia, algunas de las recomendaciones básicas son intentar mantener un estilo de vida adecuado y emplear técnicas de relajación, manifestó el experto.
Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, informó hoy que se encuentran ingresados en Cuba 96 mil 093 personas, de ellas, 38 mil 836 confirmadas con el SARS‐CoV‐2.
Este martes se analizaron en el país 51 mil 130 muestras, resultado positivas siete mil 437, la mayoría producto de la transmisión autóctona.
La provincia con mayor complejidad epidemiológica fue Pinar del Río, con mil 427 casos, seguida por Camagüey (753), Sancti Spíritus (718), Villa Clara (715) y Granma (700).
Menores de 20 años se diagnosticaron mil 709 pacientes, de ellos, mil 647 en edades pediátricas, un 22,1 por ciento (%) de los positivos.
Durán García señaló que de este grupo etario se encuentran cinco pacientes en estado crítico y ocho reportados como graves, por lo cual llamó a incrementar su protección.
Cuba acumula desde marzo de 2020, cuando se reportaron los primeros casos en el país, 768 mil 497 pacientes diagnosticados con el virus, seis mil 523 fallecidos y 723 mil 81 recuperados, cifra equivalente al 94, 1 % de los contagios.