Con el objetivo de brindar información amplia sobre el virus del dengue en Cuba y en la región, la clínica de la enfermedad, el tratamiento y las medidas epidemiológicas para enfrentar sus causas, autoridades del Ministerio de Salud Pública y del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí comparecen este jueves en la Mesa Redonda.
En el espacio radiotelevisivo también se ofrecerá información sobre otras epidemias internacionales que se vigilan y enfrentan.
OPS: La región ha tenido un 300% de incremento de los casos de dengue
Al iniciar el programa, la doctora Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública que atiende el área de Higiene y Epidemiología, recordó que el mosquito Aedes aegypti tiene una vida en el trópico y en la región subtropical, y “su distribución en Cuba no puede pasar de soslayo dado los altos índices del vector que han producido un incremento de los contagios”.
El país no se aparta de lo que está pasando en la región con el aumento de los índices de infestación del vector. “Somos testigos de las elevadas temperaturas, la humedad, y todo lo relacionado con el cambio climático que propicia el incremento del vector y con ello de las enfermedades que transmite”.
¿Qué son las arbovirosis? La experta aclaró que no son solamente el dengue, sino que también está el zika y el chikungunya.
La Organización Panamericana de la Salud reportó que al cierre de este 7 de septiembre existían 2 493 414 casos de arbovirosis en la región, el 90.2% son de dengue. “El chikungunya con un 8% está levantando un poco más la cabeza que el zika con un 1%”, precisó Peña García.
De acuerdo con la viceministra, en Cuba no ha habido una situación relevante con el chikunguya, solo “un bloque localizado en el año 2015 en Santiago de Cuba relacionado con viajeros internacionales de la zona donde realmente había una circulación importante y lo pudimos controlar”.
Especificó que en el caso del zika, a partir de la alerta de la OMS y de los daños que causa esta enfermedad en la salud materno infantil, como la microcefalia y otros síndromes congénitos, en 2016 se comenzó una campaña intensiva contra el vector y las enfermedades que transmitía y se tuvieron diagnósticos de casos hasta el 2018.
Sobre el dengue, una enfermedad conocida, dijo que su comportamiento es cíclico debido al incremento del vector -que no se ha podido erradicar con la campaña de vigilancia y lucha antivectorial- y al fortalecimiento de los macro y micro factores que propician la existencia del vector.
Según la OPS, la región ha tenido desde la primera semana del año hasta la 32, un 300% de incremento de los casos, y un aumento del 165% en comparación con las cifras de 2021.
La viceministra señaló que en el momento más difícil de la pandemia de covi-19 también comenzaron a incrementarse en el mundo los casos de dengue.
Dengue en Cuba: Mayores picos a partir de finales de octubre y principios de noviembre
En el caso de Cuba, que tiene una campaña universal que llega a todos los municipios y viviendas, también fueron diagnosticados casos de dengue en este periodo.
“Realmente lo que había que hacer dentro de la vivienda no fue posible”, reconoció la viceministra y señaló que aunque la población sí dio muestra de eliminar focos del vector en sus viviendas, “nosotros sabemos que tenemos responsabilidad con el tema y que no salió como debía ser”·.
“Este año, que igualmente comenzó con el tema de la covid-19, pero en la medida en que ha ido mejorando los efectivos de la campaña se han ido incorporando y entrado a las viviendas”.
Peña García informó que la actual circulación del dengue en Cuba “está en el contexto de lo que está pasando en la región” y que todas las provincias han tenido diagnósticos, en mayor o menor medida.
Recordó que desde finales de mayo e inicios de junio, comenzó a incrementarse el vector y con ello la circulación. “Es un momento difícil, y vamos hacia el más complejo de la enfermedad, porque el ciclo muestra sus mayores picos a partir de finales de octubre y principios de noviembre, porque hay una oleada del vector y de los enfermos con dengue”.
Las provincias de Santiago de Cuba, La Habana, Las Tunas, Guantánamo, Camagüey, Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud hoy están mostrando las mayores tasas de incidencia de esta enfermedad.
Luego están Holguín, que ha tenido mucha infestación por el vector, Sancti Spíritus y Villa Clara. “Ahí se concentran los mayores números, tasas y el mayor riesgo y el incremento cada semana”.
Reiteró que ningún territorio de Cuba está libre de tener casos de dengue, por lo que la alerta y las medidas son para todos.
Sobre el vector, puntualizó que vive dentro de las viviendas y que el 70% de los focos están en los depósitos de agua que se utilizan cotidianamente (tanques de agua, vasos espirituales, macetas para plantas, entre otros).
Agregó que no son pocos los centros de trabajo donde se ha detectado positividad con presencia del vector. “Se han detectado alrededor de 53 centros laborales semanalmente y de continuar esta tendencia, el año cierra con más de 300 donde se encontró foco por responsabilidad de todo el colectivo”, señaló.
La viceministra llamó a la revisión y a la responsabilidad de todos, porque “realmente es una situación compleja”, y aseguró que a pesar de las actuales limitaciones financieras del país, donde se detecte un caso o un foco hay que hacer un grupo de acciones.
Pidió a la población denunciar lo que no se haga correctamente en cuanto al tratamiento en las viviendas.
El país -dijo- está realizando un esfuerzo extraordinario. “Los recursos que se utilizan en la campaña antivectorial son importados, aunque la industria nacional está realizando un esfuerzo para suministrar algunos de ellos”.
Por esa razón, destacó la necesidad de no botar el abate de los tanques de agua y mantener las puertas y ventanas cerradas durante la fumigación para que la misma sea efectiva.
La viceministra reconoció que existen preocupaciones de la población vinculadas con el tema de la fumigación. “Hoy estamos fumigando en 71 municipios del país, pertenecientes a las provincias que se mencionaron anteriormente”.
“En el resto de los territorios donde no se está haciendo una acción intensiva, o sea, fumigar cada seis días, cuando aparece un caso sospechoso hay que hacer acciones de tratamiento adulticida, porque se supone que el vector está ahí, infectado, y se lo transmite al resto de las personas que viven en la vivienda”.
Explicó que el saneamiento debe ir dirigido a los lugares de la vivienda donde se conserve agua. “El mosquito hembra pone sus huevos donde hay agua y ahí tiene su lugar de reproducción.
La viceministra recalcó en la responsabilidad individual con este tema, a pesar de las labores de la campaña antivectorial, y recordó que el dengue provoca la aparición de casos graves y fallecidos en cualquier edad.
“Todos somos vulnerables y hoy no tenemos la vacuna, ni creo que por ahora la vayamos a tener disponible por un grupo de razones; por tanto la vacuna es el autofocal, evitar el foco y acudir al médico en caso de aparecer los síntomas”, resaltó.
La enfermedad deja secuelas, de ahí que sea primordial la atención a tiempo. “Muchas personas pasan la enfermedad y siguen sintiendo a los 15 ó 20 días decaimiento”.
Reiteró que es una situación compleja, pero no es la primera vez que el país pasa por este problema, y agregó no se debe pasar de soslayo la entrada al territorio nacional de personas de países donde hay dengue, zika o chikungunya y que pueden estar asintomáticos.
Circulan en Cuba los cuatro serotipos de dengue
Al intervenir en el espacio televisivo, la doctora en Ciencias María Guadalupe Guzmán Tirado, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), quien recibiera recientemente el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO por sus investigaciones sobre el dengue, señaló que este es un reconocimiento que tiene detrás el esfuerzo de muchas personas, mujeres y hombres, tanto del IPK, como de otras instituciones de salud.
“Es un premio a Cuba y a la ciencia cubana y al esfuerzo que hace nuestro país, en este caso, en las investigaciones relacionadas con esta enfermedad”.
Recordó que el dengue es una arbovirosis, que son virus transmitidos por artrópodos, principalmente mosquitos y garrapatas. Dentro de estas, los arbovirus de mayor importancia hoy son transmitidos por mosquitos del género Aedes, principalmente el Aedes aegypti, explicó la experta.
Entre los arbovirus de mayor relevancia en la región y en el mundo, teniendo en cuenta la enfermedad y mortalidad que causan, está en primer lugar el dengue, un virus que, dijo, “dejó el escenario epidemiológico con la llegada del SARS-CoV-2, pero siempre estuvo ahí”.
“El escenario actual es completamente diferente y hay que ser muy cuidadoso con el dengue. Con la covid tenemos la oportunidad de contar con una población vacunada, si bien hay que cuidarse y continuar usando el nasobuco cuando haya aglomeración de personas. Pero hoy nuestro gran problema es el dengue”, insistió Guzmán Tirado.
Refirió que tanto el chikungunya como el zika, otras arbovirosis, se mantienen circulando en la región, si bien de esta última hay menor reporte de casos, lo cual no significa que no exista peligro.
Sin embargo, es el dengue la de mayor preocupación, insistió.
Si pudiésemos eliminar el mosquito Aedes aegypti, estaríamos eliminando el problema de salud que significan estas enfermedades, agregó.
La experta remarcó la responsabilidad que implica para toda la sociedad, tanto a nivel individual como de las instituciones, trabajar de manera conjunta en este empeño.
“El dengue es el hombre, el mosquito, el virus y un ambiente que propicia que haya mosquitos. Si alguien está infectado, el mosquito le pica, pasa un tiempo, pica a otra persona, se replica”, explicó y apuntó que la mayoría de las infecciones por dengue son asintomáticas.
“Cuando usted ve mucho dengue, debe pensar que realmente hay más transmisión. Y el peligro de esto es que esas personas asintomáticas son capaces, si el mosquito las pica, de transmitir la enfermedad y seguir la cadena de propagación”, dijo.
Por otra parte, esa persona queda inmune a ese virus, señaló.
En ese sentido, Guadalupe Guzmán comentó que el dengue es de la familia de la fiebre amarilla, una enfermedad en la cual Cuba tiene una historia en relación a su descubrimiento por el destacado científico Carlos J. Finlay; y que es de la misma familia del zika.
“Aunque decimos virus dengue, cuando nos referimos a esta arbovirosis hablamos de cuatro virus (Den 1, 2, 3 y 4). Son como cuatro hermanos. Cada uno tiene cosas comunes, pero cada uno es un individuo. Y tiene la característica que si usted se infecta con un virus dengue, el uno o el cuatro o el tres, de por vida prácticamente usted no va a sufrir de nuevo ese dengue.
“El mosquito lo puede infectar y usted tiene inmunidad para él. Pero como se parecen los virus, esa persona desarrolla también anticuerpos que de alguna forma reconocen cuando en algún momento de su vida se infecta con otro serotipo de dengue. Y ese anticuerpo generalmente no lo protege, pero está ahí, reconoce el segundo virus y es capaz de capturarlo y facilitar la entrada del virus a la célula diana.
“Es decir, el virus va a entrar a una célula y tiene una puerta normal, y se multiplica, eso es lo común. Pero en el caso de la segunda infección de dengue, el virus va a entrar por esa puerta, pero tiene otras puertas que se abren.
“La persona tendrá una gran producción de células infectadas que es la gran diferencia entre una infección primaria, con una secundaria, donde la segunda infección es el gran peligro. Tampoco quiere decir que todo el mundo reaccione del mismo modo. Se plantean cifras entre un 2 y un 5%, el punto es que nadie sabe a quién le va a tocar”.
La experta detalló que en ese mecanismo, donde hay cuatro virus, aparecen combinaciones: puede ser 1-2,1-3, 3-1, 4-2, 2-4 y “hay combinaciones más peligrosas que otras”, subrayó.
La jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK ejemplificó que la combinación 1-2, tanto en los reportes de Cuba como de otros países, es la combinación más peligrosa y le sigue la 1- 3.
“Por ejemplo, en Cuba en el año 2001 la combinación 2-3, porque teníamos personas inmunes a dengue 2 desde la epidemia del año 81´, o incluso en la provincia de Santiago de Cuba de la epidemia del 97´ que les dio el serotipo 3, pasó prácticamente silente. Pero en contraste, la combinación 1-3 fue muy fuerte.
“Estamos hablando entonces de la segunda infección, de la secuencia de esa infección porque las secuencias cambian. Hay virus que se caracterizan genotípicamente y se dice: de origen asiático. En general esos que decimos de origen asiático tienen una potencialidad de dar el cuadro grave, pero no es lo mismo si la persona se infecta con el segundo virus cuatro años después y hay peligro de dengue hemorrágico, que si se infecta 20 años después. En el segundo caso Cuba demostró que era más grave que cuatro años después de la primera infección, con la epidemia en Santiago de Cuba”, dijo.
El diagnóstico de laboratorio a nivel mundial se hace hoy en tres líneas fundamentales. La primera de ellas es la vigilancia serológica.
“Nuestra población sabe lo que es la IgM, son anticuerpos que marcan una infección reciente. Es decir, si ahora yo me hago una y me da positiva y estoy aparentemente bien, a mí me dio un dengue que no me enteré, pero hace poco tiempo, generalmente un mes. Se usa esta vigilancia como marcador de lo que está pasando.
“La otra forma de diagnóstico es la vigilancia molecular. Todos aprendimos con la covid y con el virus SARS a conocer el PCR en tiempo real. Esa es una tecnología que se aplica a dengue, y otras enfermedades como herpes e influenza, y nos dice qué serotipo de dengue es.
“Esas son las tecnologías que se usan hoy en la región de las Américas, en Europa y en el Sudeste asiático”.
La experta comentó que Cuba tiene una vigilancia para dengue y cuenta con una red de laboratorios que hacen la IgM con el sistema Suma, un excelente diagnosticador desarrollado hace años por el Centro de Inmunoensayo —institución científica que acaba de cumplir 35 años— que nos dice cómo está comportándose la enfermedad y si tenemos más o menos casos.
Agregó que el IPK es el centro de referencia donde se confirman esos casos para saber cómo está la transmisión y ello se complementa con la prueba PCR en tiempo real, que permite definir cuál es el serotipo circulante.
Explicó que la vigilancia hoy no solamente se realiza sobre el dengue, sino que se estudian otros virus como zika y chikungunya, “que no tenemos en el país pero hay que estar preparados”.
“Puntualmente a veces entran viajeros con un cuadro clínico sospechoso de un área peligrosa y se estudia fiebre amarilla. Es decir que es una vigilancia de arbovirus, aunque principalmente del dengue que es nuestro problema fundamental”.
La experta dijo que el dengue es un tema sobre el cual se mantiene intercambio científico en la región y donde Cuba tiene liderazgo.
Comentó que la semana pasada hubo una reunión en Lima muy importante citada por la OPS, con todos los laboratorios nacionales de dengue y de la región, donde lógicamente participó Cuba, que tiene un centro colaborador OPS/OMS y que es parte de esta red desde su fundación.
De hecho, Cuba coordinó la red para dengue entre 2010 y 2016, que después se amplía con la situación del zika y el chikungunya a la red de arbovirus, que nuestro país también coordinó entre 2016 y 2018. En esta reunión la coordinación pasó a Argentina.
“La región se ha preparado y tiene laboratorios hoy con tecnología, un área donde Cuba está a la avanzada también. Hoy se trabaja en avanzar en dos temas esenciales donde Cuba está inmersa también: la vigilancia genómica. Todos recordamos, porque hemos hablado del SARS-CoV-2, de beta, delta ómicron, que son variantes de un mismo virus. Pero en el caso de dengue, hablamos de genotipos y cada serotipo del dengue tiene varios genotipos y hay genotipos más asociados a dengue grave y otros que no. Entonces, ahora lo que estamos impulsando todos los laboratorios es que esa vigilancia genómica que se aplicó a covid, que también se aplica a dengue, se fortalezca.
Guzmán Tirado comentó que un segundo aspecto donde esperan comenzar a trabajar en unos meses es en la vigilancia entomo-virológica, dirigida a buscar el virus en el mosquito.
“No es en el paciente donde detectemos qué tipo de dengue es, sino voy a buscar en el mosquito como una forma de un pronóstico. Quizás no tenemos una gran circulación pero ya estamos detectando que el virus está ahí. Y nos permite tomar medidas”, detalló.
Guzmán Tirado explicó que en el mencionado encuentro regional los laboratorios presentaron la situación de sus países y realmente la situación del dengue es de la región de las Américas, en donde Cuba también tiene su contexto propio pero no es un escenario exclusivo del país.
Dijo que los años 2016 y 2019 han sido en toda la historia del dengue desde que se contabiliza esta enfermedad, poco antes de los años ochenta, los reportes más elevados de dengue en la región de las Américas. Hasta la semana 32 se registran 2.2 millones de casos, lo que indica la probabilidad de cerrar el año si no con mayores reportes, con cifras similares a estos años.
La especialista presentó algunos resultados de la vigilancia virológica por años del dengue en Cuba, para comprender la evolución de la presencia de los diferentes serotipos del virus en el país y lo que ello implica.
Recordó, por ejemplo, que en el año 1977, Cuba tuvo una gran epidemia de dengue 1. “Ustedes dirán ¿Y por qué ella habla de una cosa que pasó hace tanto tiempo? Porque todavía podemos estar sufriendo el embate de esa epidemia. Las personas que lo sufrieron y se infectaron en el 77 muchas ya deben haber tenido dengue posteriormente, pero algunas quizás todavía no se han infectado y es un grupo que está ahí y es dengue 1.
“Después tuvimos el año 81 una epidemia de dengue dos; después estuvimos 15 años prácticamente sin mosquitos en el país, una campaña muy fuerte y empieza luego Santiago de Cuba con dengue 2, dengue 1, dengue 2. Se corta la transmisión, podemos eliminar el mosquito, y posteriormente en el 2001 entra al país el dengue 3 por primera vez. A partir del 2007 hemos tenido periodos de varios dengues”, comentó la investigadora.
Llamó la atención que desde el año 2014, cuando entró el dengue 2 al territorio nacional, se ha mantenido circulando hasta la actualidad y eso va inmunizando a un grupo de personas y sensibilizando a otros.
Dijo que el dengue 3 circuló desde el 2014 hasta el 2018 y que el dengue 4 ha circulado pero con mucha menos proporción. “Y el dengue 1 que circuló en los años 77 y 78´, prácticamente el 50% de la población se puso en contacto con ese virus, lo cual no quiere decir que se haya enfermado pero se infectó y es una evidencia de estudios que se han hecho serológicos. Ese dengue 1 no entra al país hasta mediados del 2019. Es decir, que ha estado circulando dengue 1 en 2019, 2020 y 2021.
“Covid estaba en el escenario pero dengue también, que todos estábamos involucrados en covid y había que enfrentar la pandemia es cierto, pero la vigilancia se mantuvo y detectó el virus”.
¿Qué significa? “Que desde el 2019 hasta acá ese dengue 1 está infectando personas. El dengue 3 desde el 2018 no lo habíamos visto más hasta ahora.
“Hoy tenemos circulando los cuatro serotipos de dengue”, enfatizó.
“Pero, lo que detecta el laboratorio no es que los cuatro estén en igualdad de condiciones, sino que se está detectando principalmente, en más del 60%, es dengue 3. Este es el serotipo del virus que está marcando el caso grave, incluso fallecidos porque hemos tenido defunciones por esta enfermedad.
“No quiere decir que los otros no estén. Pero el que está prevaleciendo es el 3, al que le sigue en frecuencia de aislamiento el dengue 2”.
Esta no es una situación de Cuba, sino que está presente en varios países. Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua, por poner algunos ejemplos, tienen los cuatro serotipos circulando y hay otros que tienen tres.
¿Qué implica que esté predominando el serotipo 3?
“En su momento se hablaba de que los casos graves de dengue estaban dados porque el virus era más severo o más virulento por llamarlo de alguna forma, o porque la persona sufría la segunda infección.
“Cuba publicó en el año 1987 una hipótesis que integraba factores varios, los cuales explicaban que una persona desarrollara el dengue grave o que se produjera una epidemia de dengue hemorrágico.
“En esta hipótesis se señala que hay factores del individuo que aportan a lo que va a pasar después”.
Señaló que la edad es un factor de riesgo y que el niño tiene más riesgo de dengue hemorrágico que el adulto. Siempre el factor de riesgo principal es la infección secundaria. “Claro, si me dio dos veces y soy ciclémico tengo un riesgo. Si soy diabético, asmático, hipertenso o tengo cualquier otra comorbilidad los riesgos se incrementan, dijo.
Agregó que de acuerdo a la evidencia de estudios genéticos las personas blancas tienen mayor riesgo de desarrollar dengue grave, mientras que hay genes asociados a la protección que se ven en las personas negras.
Desde el punto de vista epidemiológico, son factores una alta densidad del vector porque permite una transmisión, así como una alta densidad de susceptibles.
¿Qué pasa ahora con el dengue 3? “Estamos comenzando unos estudios en el pediátrico del Cerro, porque estamos viendo niños con signos de alarma y niños con dengue grave.
“No es que no se hayan visto en todos estos años, pero hoy los estamos viendo en una frecuencia mayor que con anterioridad, quitando el año 1981, cuando el país sufrió la conocida epidemia de dengue hemorrágico.
“Tenemos una población infantil y jóvenes que se han infectado con dengue 1 entre el 2019 y el 2021, que nunca habían estado expuestos a este serotipo. Todo el que nació después del 78´, a no ser que fuera en otro país, no se ha infectado con dengue 1 en Cuba y hay que tener en cuenta que el dengue uno como primer serotipo es un virus sensibilizante.
“Tenemos por otra parte un virus dengue 3 que hacía tres años que no circulaba y una población que siempre se acumula susceptible, pero es importante saber que en secuencia, dengue 1-3 es una secuencia peligrosa”.
Dijo que estos son elementos que están a nivel de hipótesis teniendo en cuenta los resultados de Cuba y del mundo, pero que pudieran explicar por qué nosotros estamos observando ahora casos con niños con signos de alarma, incluso graves, que con anterioridad no habíamos visto de ese modo.
“Otro elemento que no podemos olvidar y que vamos a estudiar es que igual que el mundo, Cuba pasó una epidemia de covid-19.
“Son virus diferentes y el SARS-CoV-2 es un virus de una clasificación que no tiene nada que ver con los arbovirus. Se habla de las secuelas del post- covid pero cómo queda esa persona frente a una infección cualquiera y esa cualquiera puede ser dengue, donde puede ser un dengue secundario en un paciente que tiene un antecedente de covid. Realmente no lo sabemos y es algo que queremos estudiar”.
Remarcó que todos podemos hacer mucho ante el dengue. La primera es que ante un cuadro clínico, una sospecha, se debe visitar de inmediato al médico.
El dengue es una enfermedad muy rápida, y hoy estás bien y mañana puedes tener un cuadro grave, dijo la experta quien llamó a que la población se mantenga informada.
“El mosquito vive con nosotros, y apoyar todas las acciones que hace el país para bajar los niveles del vector pasa por la responsabilidad individual de eliminar los criaderos en nuestras casas. Sí podemos”.
Tratamiento clínico del dengue y las medidas preventivas para evitar la gravedad
Por su parte, el doctor Erick Martínez Torres, investigador, profesor titular y miembro del Consejo Científico del IPK, se refirió al tratamiento clínico del dengue, las medidas preventivas para evitar la gravedad y la muerte.
Explicó que el dengue es una enfermedad febril transmitida por vectores, pero que en la mayoría de sus manifestaciones no da fiebre. Otras manifestaciones pueden ser náuseas, vómitos, rash, dolor de cabeza, dolores musculares y plaquetas bajas,
Por tanto, las manifestaciones son diversas y no se debe perder tiempo.
El profesor hizo referencia a que en el “dengue primario o clásico” -donde no hay signos de gravedad- cuando aparece el rash, la familia se siente asustada por la erupción.
Aclaró que no es frecuente la aparición de ictericia, pero sí el aumento de las transaminasas, o sea, de las afectaciones hepáticas.
Se trata de una manifestación similar a lo producido por el virus de Hepatitis y, al ser un virus primo de la fiebre amarilla, puede afectar el hígado. De ahí que el paciente deba hacer reposo.
Según la ampliación por la OMS de la definición de caso de dengue, puede considerarse caso posible de esta enfermedad todo niño proveniente o residente en zona con transmisión, con cuadro febril agudo, usualmente entre dos a siete días y sin foco aparente.
En la mayoría de los casos se aconseja su ingreso hospitalario.
Explicó que el dengue es un virus muy rápido, más que la covid-19. Después de la fiebre, entre los días cuarto y sexto de la enfermedad se define cómo debe evolucionar el paciente: o empieza la mejoría -que por fortuna es lo que más sucede- o las complicaciones, algunas de ellas pueden llevar al fallecimiento.
De acuerdo con el experto, generalmente durante la etapa febril da mucho dolor de cabeza y uno puede pensar que al terminar la fiebre viene la mejoría, pero a la caída de la fiebre hay que tener mayor cuidado, pues pueden comenzar a observarse los signos de alarma y se pueden producir grandes sangramientos.
Rememoró la epidemia de la década del ochenta en Cuba, de dengue hemorrágico, durante la cual los especialistas llegaron a la conclusión de que si se diagnostican y se tratan a tiempo los signos de alarma, no se llega a los choques y a la gravedad de la enfermedad.
Convocado por la OMS y financiado por el Banco Mundial, hace 15 años se realizó un estudio en dos continentes, siete países y 2 000 casos confirmados, y se vio que el nombre correcto es dengue y dengue grave, omitiendo la palabra hemorrágico. Además, que el dengue podía ser con signos de alarma y sin ellos.
Cuba fue pionera en este concepto de los signos de alarma y su importancia en el tratamiento clínico de la enfermedad.
Dijo que conocer los síntomas y signos de alarma que preceden al estado crítico de la enfermedad y acudir de inmediato a los servicios de salud es el máximo llamado que hacen las autoridades sanitarias, pues se trata de un virus peligroso, que puede cobrar vidas, por lo cual la percepción del riesgo es esencial.
El doctor detalló que dolor abdominal intenso y mantenido, vómitos frecuentes, irritabilidad y somnolencia fuera de lo habitual -especialmente en niños pequeños-, desmayos, sangrados de mucosa y aumento del hematocrito (volumen de sangre ocupado por glóbulos rojos) son anuncios del dengue grave.
¿Qué hacer? Lo primordial es el sentido de la responsabilidad. Cuba tiene una red de atención primaria de salud que no tienen otros países del área, incluso países desarrollados, y está preparada para atender los distintos tipos de dengue, subrayó.
Recomendó que, para prevenir la gravedad, es clave hacer reposo, porque el hígado y el miocardio pueden estar afectados, y solo una evaluación clínica podrá determinar esto. También se recomienda consumir abundante líquido, jugos, caldos de ave, etc.
El profesor e investigador del IPK afirmó que no existe un medicamento disponible para combatir el virus del dengue. Por tanto, en las acciones de prevención y control está el camino a seguir.
En cuanto a la etapa de recuperación, detalló que puede durar días, semanas y en ocasiones meses.
Aumentar la percepción de riesgo de la población, que debe saberse responsable de su salud en primera instancia, es primordial, concluyó.
Notas sobre la viruela símica y la covid-19
Casi al finalizar la Mesa Redonda, la viceministra de Salud Pública reiteró la importancia de acudir al médico ante la aparición de síntomas y no esperar pasivamente.
“Existe un protocolo a seguir y las personas que no presenten signos graves de la enfermedad serán vigilados en sus viviendas”.
Destacó la importancia de mantener la higiene en las viviendas, de evitar la acumulación de agua y de tener limpios los depósitos, y reiteró que las labores intensivas se realizan actualmente en los 71 municipios de mayor riesgo y en aquellos donde aparezcan casos sospechosos.
Sobre la viruela símica, recordó que se han diagnosticado dos casos en el país. “El control de foco del primer caso diagnosticado se encuentra prácticamente cerrado, porque ha pasado el período de vigilancia de las personas que fueron contacto y no ha aparecido ningún otro caso”.
En el segundo caso, informó que hasta este momento tampoco se ha detectado otro contagio.
Aseguró que se mantiene la vigilancia en la frontera de las personas que provienen del exterior o aquellas que aunque no hayan viajado tengan sintomatologías que sugieren la aparición de la enfermedad.
“Los laboratorios están preparados y tienen los recursos humanos para la detección de la enfermedad”.
Con respecto a la covid-19, la viceministra indicó que el país acumula 1 110 808 casos (7.9% de positividad) y 8 530 fallecidos (una letalidad de 0.77), mientras el 99.2% de los casos se han recuperado.
“Se mantiene la vigilancia y avanza la vacunación de refuerzo. A partir de los niveles inmunitarios los casos son esporádicos, no hay brotes en ningún territorio, la vigilancia que se mantiene en el IPK no ha aportado ninguna variante nueva”, informó.
Recordó que se debe estar protegido en lugares con grandes concentraciones de personas, sobre todo los vulnerables, aunque se tenga las dosis de refuerzo.
“Todos a luchar contra el dengue, que lo podemos lograr”, concluyó.
Tomado de Cubadebate