Bajo la premisa de que la leche de una madre es el mejor alimento para la vida de un niño, Cuba celebra desde hoy la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
Expertos del Ministerio de Salud Pública de Cuba y la oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en la isla coincidieron en que este proceso natural es la primera vacuna que recibe un ser humano al nacer para estar protegido ante diversas enfermedades.
Respaldan la idea que no es cuestión de una jornada, es algo a cumplir los 365 días del año al tratarse de un derecho de los infantes, de ahí, que sea inadmisible retirar este preciado alimento antes de los seis meses.
La lactancia materna se incluye en los objetivos de la agenda 2020-2030 para el desarrollo sostenible, es exclusiva en los seis primeros meses, pero puede prolongarse hasta dos años, aseguran los especialistas de ambas partes.
Para tener éxito en tal empeño es necesario el apoyo de la familia, los centros laborales, instituciones de salud y las comunidades.
La Jornada Mundial de la Lactancia Materna no es una meta, se aspira a un beneficio mayor para el recién nacido, su progenitora y el sistema sanitario, consideraron los expertos.
En la versión anterior de la efeméride, el jefe de la comisión de Lactancia Materna del ministerio de Salud Pública, Pablo Roque explicó a Prensa Latina que cuando un niño se alimenta del pecho de su madre no padecerá de algunas enfermedades, las cuales implicarían gastos en recursos, medicamentos y hospitalización.
El problema con la lactancia materna ya es global, no es exclusivo de Cuba, si usted va al primer mundo verá una situación similar surgida cuando el hombre empezó a enlatar la leche de vaca y muchos galenos dieron su aprobación.
Roque lamentó la ausencia de cultura sobre el tema, de ahí la importancia de que todos los actores se involucren para saber acerca de la lactancia materna, socavada por la gran industria que propone variedades de leche, tetes y biberones. Además -resaltó Roque-tienen tanto dinero que pueden gastar en publicidad.
Consideró como barreras el incumplimiento de código de sucedáneos de la leche materna y la no enseñanza o la poca profundidad con que se aborda el asunto con los profesionales del sector sanitario.
No se concibe que a un niño de 15 días se le recomiende jugos naturales u otros productos sugeridos a partir de las tradiciones familiares, siempre con argumentos como mírame aquí todavía o no me pasó nada.
Estas acciones que sabemos que aun ocurren en Cuba, le llamamos antilactancia, sentenció Roque.