Cuba tiene la más baja tasa de mortalidad infantil por malformaciones congénitas en el menor de un año (uno por mil nacidos vivos) en la región de las Américas.
Así dio a conocer el Ministerio de Salud Pública en su web durante las celebraciones por los 20 años del Centro Nacional de Genética Médica (CNGM), una institución que ha sido bandera del desarrollo de esta ciencia y paradigma de los resultados que el país exhibe hoy.
Sin duda alguna, entre las claves del éxito se encuentra la utilización de la genética médica como parte de la atención integral a las embarazadas dentro del Programa Materno-Infantil (PAMI), para el diagnóstico, manejo y prevención de enfermedades genéticas y anomalías congénitas.
De acuerdo con el estudio Genética Médica en Cuba: sus resultados e impacto en el cuidado de la Salud Materno-Infantil en 35 años (1980-2014), que tiene entre sus autores a la doctora Beatriz Marcheco Teruel, directora del CNGM, Cuba posee un Programa Nacional de Genética Médica cuyos resultados contribuyen a la disminución de la frecuencia poblacional de discapacidades de causas genéticas y al incremento de la esperanza de vida de la población.
No es posible hablar de resultados de esta índole, sin recordar de manera ineludible al Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, quien, con su preclaro pensamiento, se convirtió en impulsor para el desarrollo de los estudios genéticos en el país y del Programa para el diagnóstico y prevención de enfermedades congénitas.