La comunidad médica celebra hoy el Día Mundial del Cáncer de Ovario, para generar conciencia en la población sobre esta patología, que afecta anualmente a más de 250 mil mujeres en el planeta.
Con esta efeméride se pretende fomentar una cultura de sensibilización y prevención, para detectar a tiempo esta enfermedad, que es catalogada como el séptimo tipo de cáncer más frecuente.
El cáncer de ovario es un tumor maligno ocasionado por un crecimiento de células y generalmente no presenta síntomas en sus primeras etapas y se detecta cuando se extiende a la pelvis y el vientre, siendo más difícil de erradicar y puede ser mortal.
Los síntomas iniciales, que suelen asociarse a males digestivos o intestinales, y por lo cual deben ser corroborados mediante diagnóstico médico, incluyen dolor e inflamación del vientre, distensión abdominal, diarrea o estreñimiento, pérdida del apetito, sangrados vaginales anormales, micción frecuente, pérdida de peso y dolor de espalda.
Entre tanto, los principales factores de riesgo de esta dolencia son edad superior a 50 años, antecedentes familiares, inicio de la menstruación (menarquía) a temprana edad, aplicación de terapias de reemplazo hormonal y tratamientos para la fertilidad.
Además, no haber tenido hijos y los hábitos y estilo de vida como obesidad, tabaquismo, sedentarismo.
También, menopausia tardía, antecedentes ginecológicos previos como endometriosis y quistes ováricos, por todo lo cual es recomendable asistir a controles ginecológicos periódicos para prevenir dicha afección.
Se estima que el 70 por ciento de los casos se diagnostican tardíamente, en etapas avanzadas de la enfermedad, que presenta una tasa de mortalidad superior al cáncer de mama y el cérvicouterino.
Esta patología, cuyos síntomas iniciales tienden a confundirse con los de una colitis o molestia abdominal, puede afectar a otros órganos como el útero o la vejiga, y es más frecuente en mujeres postmenopáusicas, con edades entre 50 y 70 años.