En el lobby del centro cultural Bertolt Brecht se reúnen familiares, artistas y el pueblo cubano para homenajear al dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, quien falleció el pasado viernes en La Habana.
Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro, del presidente Miguel Díaz-Canel, del Ministerio de Cultura, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, del Consejo Nacional de Artes Escénicas, junto a fotos y la réplica del machete de Máximo Gómez, custodian la urna que guarda sus cenizas.
Llegan hasta el centro cultural destacados actores como Amada Morado, Doris Gutiérrez, Néstor Jiménez y Bárbaro Marín.
Hernández Espinosa, que nació en 1936 y fue director escénico y general de la compañía Teatro Caribeño, fue autor de decenas de piezas teatrales montadas por los grupos principales del país y adaptadas al cine y la televisión.
Obras como Maria Antonia, Mi socio Manolo, Calixta Comité, Emelina Cundiamor o Lagarto Pisabonito cimentaron su contribución a la dramaturgia nacional.
En las palabras de despedida, el investigador y director teatral, Gerardo Fulleda León, resaltó los aportes teóricos y prácticos de Hernández Espinosa al teatro cubano.
“Escribió el texto más honesto, brillante y polémico que subió a escena en el escenario teatral cubano en mucho tiempo en ‘Calixta Comité’. Un acierto crítico sobre la cotidianeidad cubana, con una visión proteica y desacralizada”, aseguró Fulleda León, amigo de Hernández Espinosa.
Las cenizas del destacado dramaturgo reposarán desde este viernes en los jardines del Teatro Nacional de Cuba.