EL lunes 24 de octubre, Twitter marcó a algunos medios de prensa cubanos como “afiliados al Gobierno” de Cuba, una acción que censura y estigmatiza a medios públicos del país, que pone en práctica una decisión anunciada por la plataforma en agosto de 2020 y afecta a los destinatarios y potenciales lectores de los tuits de los medios etiquetados.
Twitter ha advertido que no va a recomendar ni amplificar entre los usuarios las cuentas o publicaciones de Cubadebate, Radio Rebelde, Radio Habana Cuba, Gramna, Trabajadores, Juventud Rebelde y Canal Caribe, entre otros, sin distinguir medios públicos financiados por organizaciones sindicales o políticas de los medios públicos estatales.
Edilberto Carmona, quien gestiona los perfiles en redes sociales de Cubadebate, aseguró a Cubaperiodistas que la decisión “forma parte de un intento de clasificar a los medios que ellos consideran ‘democráticos’, e influir en la opinión pública desde sus posiciones de poder”.
“Es irónico que reconozcan la existencia de grandes medios con esas características como la BBC o la NPR, pero que estos no reciben esas etiquetas, por su ‘independencia editorial’”, dijo.
“Cubadebate –precisó– ha sufrido este tipo de bloqueos en otras ocasiones, como el ocurrido en 2019, a su perfil principal y al de sus editores y colaboradores, lo cual solo pone un cuño a lo que sabíamos: informar desde un punto de vista alternativo al orden geopolítico occidental es vigilado y censurado”.
Para el analista español Carlos González Penalva, esta manipulación de los algoritmos para hacer menos visibles a unos medios respecto a otros es parte de “la construcción de la unanimidad de rebaño”, es decir: imponer un único relato. “Hemos pasado de las pintadas nazis a los judíos a las marca de Twitter”.
La metodología que emplea Twitter para parametrizar a “medios afiliados al Gobierno” es discrecional, sin nada que explique por qué etiqueta así a algunos medios de algunos Gobiernos del mundo, no a todos (ni a la mayoría) de los medios estatales ni gubernamentales; tampoco a los que reciben la mayor parte de los recursos de Gobiernos para funcionar, algunos violando las leyes de terceros países.
¿ADNCuba, Cubanet o Diario de Cuba, por citar algún ejemplo, que reciben dinero de instituciones federales de Estados Unidos para el “cambio de régimen en Cuba”, aparecerán con la etiqueta “medio afiliado al Gobierno de EE.UU.”?
Hay un obvio encuadre peyorativo en esa selección por conveniencia política. Con ello, Twitter muestra su propia “línea editorial”.
La plataforma gestiona contenidos, como cualquier otro medio de comunicación, en este caso uno que se guía por las leyes y los estereotipos de su Gobierno, el de Estados Unidos.
No “modera contenidos”, como suele repetir para maquillar sus acciones, sino que filtra y gestiona información bajo un sesgo político.