Aunque en un primer pensamiento parezca contradictorio, es al revés: una siesta en horario laboral puede incidir en una mayor productividad. Existen varias explicaciones que lo demuestran.
En la actualidad, las siestas en horario de trabajo resultan un tabú en muchos lugares y para muchas personas. Sin embargo, diversas investigaciones sociológicas y psicológicas apuntan a que tomar ese break es beneficioso y propicia mejores rendimientos en las labores. Algunas de estas pesquisas —citadas en medios de prensa— han arrojado que las siestas ayudan a combatir la somnolencia, mejorar el desempeño cognitivo y reducir la presión arterial.
Disminución del estrés, prevención de ciertos malestares socioprofesionales, mejoramiento de la calidad de la memoria y aumento de la capacidad de concentración son otros de los efectos positivos que pueden llegar a provocar las siestas durante las faenas profesionales.
Desde luego, en todo el planeta existen jefes inquisidores que, imbuidos de otra cultura de lo laboral, no darían crédito a tales argumentos. Probablemente no se han percatado de la relación costo-beneficio de las siestas y de que estas pueden propiciar un estado de alerta mayor, sobre todo cuando el empleado cae en letargo después de comer.
Al realizar una breve revisión on line del tema, se encuentra una serie de recomendaciones acerca de cómo lograr una siesta idónea. Esta debe ser antes de las 4:00 pm; si se aproxima a la noche, atentaría contra la conciliación del importante sueño nocturno. Es conveniente hacerla coincidir con el cansancio que sobreviene en la digestión del almuerzo.
A su vez, una siesta en horas laborales no debería superar los 30 minutos. Se recomienda poner el celular en modo avión, alejarse del ruido y de las fuentes de luz. Acabado el descanso, la transición hacia la vigilia debe tomar unos minutos, para que el organismo se reacomode sin abruptos.
Si se analiza por regiones del mundo, Asia parece ser en donde se ha ganado mayor conciencia sobre la importancia del asunto. Por ejemplo, en Japón son cada vez más las compañías que permiten a sus trabajadores tomar una siesta. Algunas han creado, incluso, áreas especiales para ese fin.
Estos avances no solo suceden en el Lejano Oriente. De acuerdo con información disponible en la web, Google, Mercedes-Benz, Renault ¡y hasta la NASA! también han instalado sitios para dormir la siesta.
En el caso de Cuba, el tema sin dudas encontrará defensores y detractores. Mientras tanto, no es ocioso que se conozca y debata al respecto. ¿Podremos dormir la siesta en el trabajo? Tal vez algún día. ¿Quién sabe…?