El notable envejecimiento poblacional en Cuba no es noticia. Lo que sí resulta, si no novedad, un aspecto todavía poco comentado, es que, además de envejecida, la población cubana continúa decreciendo.
Este es un hecho relativamente reciente. Desde 1961, cuando éramos unos 7 millones, se había constatado un crecimiento demográfico continuado hasta alcanzar los más de 11 millones.
Pero luego de un estancamiento de esa tasa de crecimiento durante las últimas décadas, se ha constatado recientemente su disminución.
La Habana, la provincia más poblada con 2 millones 137 mil 847 habitantes, seguida de Santiago de Cuba (Un millón 37 mil 339) y Holguín (Un millón 6 mil 834).
Fue en 2006 el primer descenso, y aunque en los tres siguientes años hubo un ligero aumento de 0,58 por cada 1000 personas, en el año 2021 tuvo lugar el descenso poblacional más pronunciado desde 1980. Sumaban entonces 11 millones 113 mil 215 los residentes en esta Isla, 68 mil 380 menos que el año anterior.
Y tal situación parece continuar cuesta abajo porque en reciente conferencia de prensa ofrecida por directivos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) , se conoció que, según el estudio anual, en 2022 nacieron 95 mil 403 personas, 3,693 menos que el año anterior.
En cuanto a los fallecimientos, el pasado año tuvieron lugar 120 mil 098, fueron 47 mil 547 menos que en 2021, lo cual en buena medida parece relacionarse con los estragos causados por la Pandemia.
Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la ONEI, al abundar sobre estimados preliminares de la población de Cuba al cierre de marzo último, precisó que esta sumaba 11 millones 082 mil 964.
Y la tendencia, dijo, según reporte de ACN, “es al descenso debido a la baja fecundidad, al balance negativo entre las tasas de natalidad y mortalidad, y al saldo migratorio externo”. Decrece la población en edad laboral y el total de mujeres en edad reproductiva. Incluso se prevé que para 2025 el número de habitantes no llegue a los 11 millones.
Isla encanecida
El proceso de envejecimiento demográfico es acelerado y abarca buena parte de los sectores de la sociedad. A tal punto tiene lugar, que el grado de envejecimiento es del 22.3 por ciento del total de pobladores y desde 1977 no ha vuelto a alcanzarse el nivel de reemplazo poblacional.
Resulta interesante que tal envejecimiento demográfico tenga un componente femenino mayoritario. Ello es debido a que las cubanas cuentan con una esperanza de vida mayor que la de los hombres, de ahí que la cantidad de población adulta mayor femenina rebase a la masculina, según precisó Alfonso Fraga. En general, la esperanza de vida se ubica en torno a los 77 años.
El envejecimiento de la población es un fenómeno que afecta a muchos países del mundo, pero en Cuba tiene características particulares, señalándola como el país más envejecido de América Latina y el Caribe.
El año pasado, los mayores de 60 años aquí representaban el 20,4 por ciento del total de habitantes, una proporción que superaba de modo significativo el promedio regional que era de 11,9 por ciento, a la vez que se acercaba al de los países desarrollados que exhiben un 23,5 por ciento.
Guantánamo es la provincia menos envejecida, con un 20,1% del total de sus habitantes.
El envejecimiento poblacional de Cuba se debe a varios factores, entre los que se destacan la baja fecundidad, la alta esperanza de vida y la emigración. La tasa global de fecundidad en Cuba fue de 1,6 hijos por mujer en el 2022, muy por debajo del nivel de reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer). La esperanza de vida al nacer alcanzó los 78,5 años en el mismo año, una de las más altas de la región y del mundo. La emigración ha afectado sobre todo a los grupos etarios más jóvenes, lo que ha reducido la base de la pirámide poblacional.
Son sabidas las consecuencias socioeconómicas que tal envejecimiento poblacional tiene para el país, incluyendo las presiones que ello genera para el sistema de salud, el de seguridad y asistencia social, la situación del empleo en el ámbito laboral, entre muchos otros impactos, ninguno de los cuales tiene importancia menor, sobre todo considerando la actual situación que hoy vive la Isla.
El municipio más anciano del país es Plaza de la Revolución (30,3% del total de habitantes) y la provincias más envejecidas es Villa Clara (25,3 % ).
No por gusto el pasado febrero, sobre esta compleja situación demográfica, tuvo lugar una reunión de chequeo dirigida por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, ya que se considera asunto de especial interés para el país y cuenta con una comisión gubernamental para su atención.
Sin duda, la realidad demográfica actual no variará en un corto plazo, pero sí puede influirse de modo más decisivo, con una mayor implicación, en variar ciertos estereotipos y conductas. Y en ello puede actuarse particularmente desde los territorios y comunidades, de ahí que, lo mismo gobernadores que intendentes, consejos de administración y también delegados del poder popular deban permanecer bien actualizados de la situación demográfica en sus contextos respectivos.
Según la última proyección de población realizada por la ONEI, para el año 2050, la población de personas mayores podría llegar a 3 millones 343 mil 520 personas, lo que representaría un grado de envejecimiento del 35,9 por ciento.
Aun cuando se prevén acciones asociadas a la gestión de recursos para prótesis estomatológicas, prótesis auditivas, la atención a la pareja infértil y modernización del equipamiento para centros de reproducción asistida, entre otros empeños informados en la reunión, Marrero Cruz reconoció hace tres meses que en muchos lugares existe "falta de atención, más allá de la ausencia de recursos, y son temas extremadamente sensibles".