En la actualidad, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, evidencian un incremento sustancial en diferentes regiones del planeta, tanto en frecuencia como en intensidad, lo que ha provocado pérdidas de vidas humanas, así como múltiples daños materiales y de infraestructura. Uno de los de mayor peligro para las comunidades que viven cercanas al mar son precisamente las inundaciones costeras, las cuales ocurren cuando se genera una considerable sobreelevación del nivel del mar, producto de la influencia de eventos sísmicos, volcánicos o meteorológicos.
En Cuba, desde finales del siglo XX, se han realizado varias investigaciones sobre esta temática, lideradas por los investigadores titulares: Ida Mitrani y Axel Hidalgo. Los datos históricos de los eventos de inundación costera referidos a: el alcance, la duración e intensidad para un lugar determinado, constituyen un componente “fundamental”, a la hora de cuantificar los daños y las pérdidas.
En Cuba los sistemas meteorológicos que generan inundaciones costeras son los: ciclones tropicales (para todo el país), los frentes fríos (en la costa norte de la región occidental y central); los eventos “Sures” (fundamentalmente en el Golfo de Batabanó); y la combinación de las Altas Presiones Migratorias con las Bajas Extratropicales (específicamente en la costa norte de la región oriental), sobre todo, en presencia del evento El Niño - Oscilación del Sur.
Para la clasificación de estos fenómenos en Cuba, se tuvo en cuenta el tipo de costas presentes, determinando así cuatro ejemplos. De ahí que varíen entre inundaciones ligeras, moderadas y fuertes, con algunas diferencias de superficie alcanzada, ya que en costas más llanas pueden llegar hasta 1 km tierra adentro.
Ahora bien, para clasificar los eventos de inundación en las costas de Cuba (de acuerdo al alcance tierra adentro), se establecen cuatro grupos, los cuales están determinados a partir de la profundidad del fondo marino y la pendiente del terreno, así como de la sobreelevación del nivel del mar por causas meteorológicas. Todo ello contribuye a una mayor percepción del peligro por parte de la población, ante la inminencia de estos fenómenos peligrosos, así como en la elaboración de planes de contingencia y acciones de manejo, para cada uno de los tramos costeros cubanos.
Según (Mitrani e Hidalgo, 2017), en los tramos costeros cubanos predomina la sobreelevación del nivel del mar por surgencia y arrastre del viento en los tramos costeros de Cabo San Antonio- Punta Gobernadora, Punta Hicacos- Punta Maternillo, Cabo Cruz- Punta María Aguilar y el Golfo de Batabanó; mientras que en los restantes predomina el efecto de rompiente de oleaje. Luego de analizar cada una de las clasificaciones por provincias, se pudieron agrupar en cuatro tipos de costas.
- Grupo 1: Costa sur (CS) de las provincias de Artemisa, Mayabeque y Camagüey
- Grupo 2: CS de Pinar del Río, costa norte (CN) de Artemisa y Mayabeque, Isla de la Juventud, Cienfuegos, Villa Clara, CN y CS de Sancti Spíritus, CS de Las Tunas, Holguín y CS de Guantánamo.
- Grupo 3: CN y CS de Matanzas, CN de las provincias Camagüey, Las Tunas y Guantánamo.
- Grupo 4: CN y CS de Ciego de Ávila y CS de Santiago de Cuba.
Para comprender cómo se clasifican entonces, los eventos de inundaciones costeras teniendo en cuenta el tipo de costa, les mostramos una tabla con los valores identificativos.
Recuerde siempre que algunos impactos típicos de estos fenómenos incluyen inundaciones de caminos y senderos, accesos limitados a las playas e inundaciones de parques y reservas. Esto puede tener impactos a corto y largo plazo. Si bien el evento ocurre, puede representar un peligro o inconveniente para las personas, pero a largo plazo puede hacer que la infraestructura se degrade más rápidamente de lo que lo hubiera hecho, lo que puede tener consecuencias económicas.