Este 19 de marzo, a las 11:06 de la noche hora de verano en Cuba, comienza astronómicamente la primavera en el hemisferio norte. Este momento marca el punto en el que los rayos del Sol inciden perpendicularmente sobre la zona del ecuador terrestre, por lo que ambos hemisferios reciben igual cantidad de radiación solar. Como comentamos en otra ocasión, la fecha del Equinoccio de Primavera o Equinoccio de Marzo oscila entre los días 19 y 21 de marzo, aunque es más común que sea el día 20.
Esta y otras fechas de carácter astronómico (la gran mayoría de ellas) ocurren en un momento determinado para todo lugar del planeta, como por ejemplo, además de los equinoccios y los solsticios, el comienzo de las fases lunares, etc.
Sin embargo, por la diferencia horaria en las distintas zonas del planeta la hora “real” puede diferir, es por ello que siempre que consulte algún dato astronómico, asegúrese de que esté expresado en la zona horaria de su interés. En muchos casos aparece en hora UTC (Tiempo Universal Coordinado en inglés) y es necesario hacer el cálculo para el huso horario en cuestión. Para Cuba en horario normal se restan cinco horas y en el actual horario de verano cuatro, este ajuste puede dar lugar a que la fecha “se adelante” a la jornada precedente. Eso sí, la primavera en la zona tropical difiere mucho de las imágenes que identifican a esta estación del año en otras latitudes.
Otra fecha siempre muy cercana al Equinoccio de Primavera es el Día Meteorológico Mundial, al cual muchas personas todavía denominan como “Día del Meteorólogo”, y que cada 23 de marzo se erige como oportunidad para lanzar un mensaje de atención al mundo sobre el tiempo y el clima.
Este 2024, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo adscrito a las Naciones Unidas y el coordinador global del trabajo de esta ciencia, seleccionó el tema “A la vanguardia de la acción por el clima”.
Resaltábamos en otra ocasión que nos acercamos al tema, que el clima había sido el tema más recurrente en al menos los últimos 20 años, ya que en más de la mitad de las ocasiones aparecía en el enunciado que encabezaba la jornada por el Día Meteorológico Mundial. Y es que con un 2023 que nos dio un mes de julio fuera las gráficas habituales y que se asentó como el año más cálido jamás registrado, estamos recibiendo señales inequívocas, de que ya se comienzan a sentir los efectos del cambio climático.
Por ello entre los puntos claves que señala la OMM en esta ocasión están el monitoreo del estado del clima, la mitigación del cambio climático, la adaptación al cambio climático y el futuro.
Es decir, conocer el estado actual y los cambios que se están registrando, seguir trabajando en proteger las zonas más vulnerables a estos cambios y sus efectos y continuar trabajando para detener este proceso que ya nos está afectando.
En el último punto clave: el futuro, resalta la importancia de la toma de acciones inmediatas contra el cambio climático, acciones que requieren coordinación entre naciones y cooperación. Aunque parezca difícil y para muchos imposible, ya hay precedentes positivos como el Protocolo de Montreal, que firmado en 1987, guió el esfuerzo internacional conjunto para salvar la capa de ozono, gracias al cual hoy vemos una recuperación de la misma.
Quizás sea 2024 un hito en los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático en el tiempo y el clima, aunque ya nos indica que muy posiblemente, también quede en los libros por los registros récords que nos ha dejado.