Fumata blanca. Suenan las campanas de San Pedro. Los 133 cardenales del cónclave más multicultural de la historia han elegido a un nuevo pontífice en un cónclave más ágil de lo esperado. El candidato elegido ha conseguido reunir 89 votos, los dos tercios necesarios para salir elegido. Su nombre se conocerá en breve.
El protodiácono de la Iglesia católica es el encargado de anunciar quién será el próximo papa con la tradicional fórmula en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” (“¡Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa!”). Después, pronuncia el nombre del nuevo Papa y el que ha elegido como pontífice.
Los dos últimos cónclaves se resolvieron en tiempos similares. En 2005 bastaron 24 horas y cuatro votaciones para la elección de Benedicto XVI. En 2013 hicieron falta cinco votaciones para que saliera el nombre del papa Francisco, reporta EFE.
El protodiácono de la Iglesia católica es el encargado de anunciar quién es el próximo Papa. Para ello, saldrá al balcón central de la basílica de San Pedro y pronunciará la tradicional fórmula en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” (¡Os anuncio una gran alegría: tenemos papa!). Después, anunciará el nombre de cuna del elegido y el que él ha escogido como pontífice.
El cardenal protodiácono es el que más lleva en el cargo entre los cardenales diáconos. En esta ocasión, salvo que sea él mismo quien ha salido elegido papa, será Dominique François Joseph Mamberti, un cardenal francés nacido en Marrakech en 1952, con gran experiencia como diplomático y en Derecho Canónico.
Mamberti anunciará, en latín ―lo que a veces hace que no se comprenda bien a la primera lo que dice―, quién es el nuevo papa y qué nombre ha elegido. En ese momento aparecerá el sucesor de Francisco y se dirigirá por primera vez a los fieles. Desde que humea la fumata blanca hasta que el nuevo pontífice sale al balcón suelen pasar en torno a 45 minutos de gran expectación.
Centenares de fieles ya esperan con ansias el anuncio en la plaza.
Qué sucederá después
Tras dirigirse a la 'habitación de las lágrimas' para cambiarse de vestimenta, el nuevo papa volverá a la Capilla Sixtina para llevar a cabo una breve ceremonia que incluye una oración y la lectura de un fragmento del Evangelio.
El cónclave, que comenzó el 7 de mayo con la participación de 133 cardenales provenientes de los cinco continentes, ha decidido en menos de 24 horas el nombre de la persona que sucederá a Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Una votación exprés
Los cardenales, que como requisito para participar en este proceso deben ser menores de 80 años, debatieron en la Capilla Sixtina hasta lograr el acuerdo que permitió designar al papa número 267 de la historia.
Antes del inicio de sus deliberaciones, que los aislaron por completo del mundo exterior, los votantes participaron en la misa Pro Eligiendo Pontífice, que se realizó en la Basílica de San Pedro y fue ordenada por el cardenal decano, Giovanni Battista Re.
Más tarde, una vez que se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina, comenzaron el debate sobre quién de ellos podría ser el nuevo papa. Para ser designado, se necesitaba el aval de por lo menos dos tercios de los cardenales presentes, en este caso 89 votos, aunque el resultado de las elecciones suele mantenerse en secreto porque las papeletas se queman después de contarse.
En principio estaban habilitados a votar 135 cardenales, pero dos de ellos justificaron su ausencia. El primero fue el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Llovera, quien tiene 79 años y argumentó motivos de salud.
La ausencia del arzobispo de Nairobi, John Njue, también de 79 años, estuvo envuelta en la polémica, ya que primero se informó que estaba enfermo, pero luego él aseguró que se encontraba en buen estado de salud y que no había viajado a Roma porque El Vaticano no lo invitó.
Otra ausencia controvertida fue la del cardenal italiano Giovanni Angelo Becciu, de 77 años, quien intentó, sin éxito, participar en el cónclave, a pesar de que Francisco lo vetó debido a que fue condenado por corrupción.