La hepatitis es un proceso inflamatorio de la glándula del hígado, de gravedad variable, que es secundario de la respuesta a un agente agresor, y puede tener múltiples causas: infecciosas bacterianas, virales –que son las más frecuentes–, tóxicas, entre otras, explicó en exclusiva a Granma la doctora Lissette López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública.
Sin embargo, enfatizó, la hepatitis no es una situación clínica nueva y se puede presentar en todas las edades, incluyendo pacientes pediátricos.
Respecto a la hepatitis aguda infantil, recordó que los primeros diez casos se reportaron el pasado 5 de abril en el Reino Unido, y ya para el 21 de ese mismo mes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informaba de 169 pacientes en alrededor de 12 países. Actualmente se sobrepasa la cifra de 600 casos y la presencia de la enfermedad en casi 30 naciones. Excepto África, están afectados todos los continentes.
«En Cuba, hasta la fecha, no se ha diagnosticado ningún caso de este tipo de hepatitis».
Apuntó que lo distintivo de esta manifestación, lo que ha hecho que la OMS emita una alerta ante el aumento de casos, es que un porciento de los pacientes pediátricos diagnosticados la dolencia evoluciona rápidamente hacia el fallo hepático agudo, en el cual se agudizan síntomas, puede haber sangrado por trastornos de coagulación y afecciones neurológicas.
Como resultado, algunos de estos pacientes han necesitado trasplantes hepáticos y otros han fallecido por dicha causa, precisó.
«¿Qué diferencia hay entre los tipos de hepatitis que se presentan usualmente en el ámbito pediátrico y esta de origen desconocido? La respuesta recae, fundamentalmente, en la tórpida evolución (que reacciona con dificultad o torpeza), el hecho de que sujetos, presuntamente sanos, pasan a un estadio crítico de manera muy rápida».
Por otra parte, se dice que es de origen desconocido porque en los estudios internacionales se han buscado las causas para ver si se trata de hepatitis viral A, B, C, D o E, que son las conocidas hasta el momento, pero no coincide con ninguna de ellas, y tampoco aparecen causas tóxicas, puntualizó la especialista.
Comentó que si bien se manejan varias hipótesis para explicar la causa, ninguna ha sido comprobada totalmente. Entre estas teorías se encuentra, por ejemplo, la implicación que pudiera tener el adenovirus, fundamentalmente el F41, en un porciento de los casos reportados.
No obstante, advirtió, no es esta una etiología confirmada, dado que el adenovirus es un virus que afecta a la población pediátrica con cuadros respiratorios disímiles, incluso, digestivos leves, pero no explica la severidad que presenta esta hepatitis aguda. En general, el adenovirus tiene una duración limitada y no evoluciona a cuadros preocupantes, añadió.
Asimismo, se consideró la relación de la enfermedad con el SARS-COV-2, y hasta con la presencia de animales afectivos, pero hasta ahora nada de ello ha resultado concluyente desde el punto de vista científico, sostuvo.
CUBA TIENE DEFINIDO UN PROTOCOLO DE ACTUACIÓN
Según la doctora Lissette López González, en pediatría es importante analizar el eje salud-enfermedad con un enfoque de riesgo, porque, evidentemente, la prevención es la manera más inteligente de abordar cualquier problemática de salud y evitar complicaciones asociadas.
Al ser esta hepatitis de causa desconocida, es muy complejo enumerar factores de riesgo que sean específicos, pero siempre hay una mirada especial sobre los nichos o pacientes vulnerables, dígase lactantes o niños en estado de desnutrición, que tengan patologías de base, así como afecciones oncológicas, enfermedades respiratorias crónicas e intestinales previas; y también aquellos pacientes que requieran de transfusiones de sangre periódicas o de hemodiálisis, precisó.
La hepatitis en Cuba no es un problema de Salud, aseguró la Jefa del Grupo Nacional de Pediatría. Hace pocas semanas, el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, refirió, al respecto, que los casos disminuyen en más de un 77 % en comparación con el año anterior, y que no se ha detectado ningún paciente que cumpla con el criterio de esta hepatitis aguda.
Que no se hayan registrado casos en el país, no quiere decir –aseveró la especialista– que no se haya activado un sistema de vigilancia, encabezado por técnicos y expertos.
«Desde que el 15 de abril la OMS lanzó la alerta internacional ante el incremento de casos de esta hepatitis aguda, nuestro país ha comenzado a prepararse, a partir de los conocimientos y programas nacionales que existen sobre el manejo de la hepatitis».
Hoy, dijo, tenemos elaborado un protocolo de actuación con carácter nacional y un enfoque clínico-epidemiológico que cuenta, además, con el respaldo del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, y con evidencias desde el punto de vista microbiológico que nos permiten ir adoptando las medidas necesarias.
Todo paciente que cumpla los criterios de caso sospechoso será ingresado en un centro hospitalario y se activará el protocolo de actuación, que incluye desde el seguimiento clínico hasta pruebas a nivel de laboratorio, especificó.
«La principal fortaleza de este plan es que tenemos un sistema de Salud accesible, universal, que funciona como un engranaje, desde la atención primaria hasta los niveles secundarios y terciarios». En tal sentido, destacó que los servicios de Salud se preparan para el diagnóstico temprano, precoz, porque adelantar los tiempos y detectar oportunamente la enfermedad es parte de la estrategia.
Insistió, de cara a la población, en que lo importante es acudir al médico ante la presencia de los síntomas asociados a esta hepatitis y no automedicarse, pues hay medicamentos que, por su composición farmacológica, dañan el hígado, y pudiera empeorar el cuadro clínico. «Nunca esperar a que el niño, la niña u adolescente se agrave en casa, pues eso puede conllevar una evolución tórpida de la enfermedad».